Nuntius de Oro 2013

¡Cráneos! ¡Cráneos voladores! En esta entrada publico mi anual certamen de premios a los humildes protagonistas de mi año, los Nuntius de Oro, y reparto cráneos voladores a los ganadores de las más intrascendentes categorías.

El 2013 se terminó y con el comienzo del nuevo año lunar llega el certamen ontológico más importante de todos los tiempos, ¡la entrega de los Nuntius de Oro! Este año fue un tanto curioso desde el punto de vista del balance entre ocio y productividad. De alguna forma que no termino de entender, el 2013 debe haber sido mi año más productivo en mucho tiempo...pero también el año en el que más me dediqué a cultivar aspectos de mi ocio y hobbies que habían quedado bastante relegados en años anteriores. Si bien las sesiones de rol se vieron muy perjudicadas (jugando unas miseras cinco sesiones, a comparación de las 10 sesiones del 2012), otros hobbies sin representación en el foro (principalmente Magic: The Gathering y una lista de videojuegos más extensa que la de varios anteriores combinados) crecieron exponencialmente. Se cierra así un año que, aunque bastante acelerado, ha sido sin duda un gran éxito. 
Como siempre, el criterio de los Nuntius de Oro es completamente egocéntrico y subjetivo: los participantes no necesitan haber surgido este año, sino haber formado parte de mi año. Asimismo, los ganadores son aquellos que me han resultado más significativos, no los "mejores" o algo por el estilo. Así que, sin más... ¡a las categorías!

Nuntius de Oro 2013: Categorías
  • Historieta del Año
  • Videojuego del Año
  • Mejor Película del Año
  • Serie del Año
  • Decepción del Año


Historieta del Año: "Macanudo", de Liniers


Olga!
Este año, la categoría "libro del año" cede paso a la mucho más poblada "historieta del año", por primera vez en los Nuntius de Oro. ¡Y la elección ha sido verdaderamente difícil!. En particular, porque este año ha estado poblado de las excelentes menciones de honor que mencionaré a continuación. Sin embargo, considero que Macanudo (esto es, la serie en su conjunto) ha tenido un impacto mayor a largo plazo. Hay algo en su humor sencillo, pero sensible, que definitivamente resulta resonante con un estilo de vida que quiero recuperar o desarrollar. Además, debe ser por lejos la tira que más hojas netas ha sabido ganarse en el año (sumando unos 8 o 9 tomos recopilatorios y varios libros relacionados). Pero, por sobre todo, es una de las lecturas más "saludables" que he tenido en un buen rato. Si bien una plena consciencia de los aspectos más cruentos y terribles de nuestro tiempo es imprescindible para un desarrollo y crecimiento emocional, Macanudo nos recuerda lo importante que es cotejar dicha consciencia con una constante apreciación de los placeres cotidianos que muchas veces pasamos por alto.

Mención de Honor: "Los Viejos Tiempos", de Sfar  y "Donjon", de Sfar y Trondheim
Los franceses Joan Sfar y Lewis Trondheim se llevan las palmas para las menciones de oro con dos interesantes y, por momentos, bastante opuestas obras. Recurriendo a muchos simbolismos, metáforas y tópicos un tanto "maduros", la obra de estos colaboradores (Donjon) pueden alternar rápidamente entre una punzante mirada a los aspectos sensibles de las relaciones humanas, y una absurda sátira de la cultura popular. El trabajo individual de Sfar (Los viejos tiempos) parece dejar bastante de lado el aspecto satírico y, si bien peca de utilizar algunos simbolismos bastante obvios, consigue tratar con gran estilo y calidad aspectos sentimentales, relacionales y culturales a muchos niveles (personales, comunales, societales) de una forma tan interesante que parece desafiar la corta extensión de la obra. Pero, por sobre todo, ambos autores demuestran un gran talento a la hora de crear personajes interesantes, relacionables, queribles (¡u odiables!) que lo mantienen a uno apegado a las páginas hasta el final, exprimiendo al máximo la gran expresividad que Sfar consigue depositar en sus, por momento demasiado, rústicos dibujos. 

[Izquierda: una de las tapas de Donjon, de Sfar y Trondheim / Derecha: Los viejos tiempos, de Sfar]



Videojuego del Año: "Journey", de ThatGameCompany


Esta descición no fue para nada fácil. La lista de concursantes para el Nuntius de Oro ascendió a poco más de treinta títulos, un número que es bastante superior a lo que suelo conseguir jugar en un año. Para empeorar las cosas, hubo muchos buenos títulos, demasiados para reflejarlos adecuadamente en las menciones de honor. Pero hubo dos juegos (tres en realidad, pero más sobre eso abajo), diametralmente opuestos, que lucharon cabeza a cabeza por el cráneo volador y que, incluso ahora, se siguen alternando en mi cabeza como los merecedores de este Nuntius de Oro. Sin embargo, el Journey terminó por ganar la pulseada por razones similares a las que le dieron la victoria a Macanudo: a diferencia de su competidor, este juego es una experiencia constante de relajación y disfrute en cada sentido posible. Esto hace que, a pesar de su cortisima duración, uno siga volviendo al juego para revivir la experiencia.
Pero Journey es mucho más que un mero juego de relajación. Es innovador en cada aspecto posible y ha ganado abundantes premios por conseguir invertir prácticamente todas las formulas tradicionales en el diseño de videojuegos. Tiene una historia profunda y algo compleja, con un interesante mensaje sobre la vida, la muerte y el efecto de nuestras acciones...que consigue trasmitir sin ningún dialogo, sin ningún texto. Tiene un estilo estético con gran detalle y fuerza, pero que es al mismo tiempo minimalista. Consigue generar tensión en el jugador durante determinadas escenas, a pesar de que no parece ser posible "perder" en el juego. Pero, por sobre todo: demanda la cooperación y entendimiento entre dos jugadores para solucionar determinados puzzles, pero les impide la comunicación eficiente entre ellos. La forma en la que el carácter de nuestro/s compañero/s pueden alterar por completo el gameplay, y la forma en la que a veces podemos entender y anticipar los movimientos de nuestro compañero a pesar de nuestro rudimentario sistema de comunicación, dan por resultado un juego se focaliza en las relaciones humanas entre los jugadores, transmitiendo y evidenciando aspectos interesantes sobre el modo en la que nos conectamos y entendemos entre nosotros.
Todos estos aspectos repercuten sobre la experiencia de juego pero, por sobre todo, en el jugador. Y en lo que el juego deja en el jugador. Journey es uno de esos juegos que lo dejan a uno pensando, interpretando lo ocurrido. No solo por su historia y su mensaje, sino por el modo en el que su mecánica multiplayer pone en evidencia aspectos interesantes de las relaciones personales. En el fondo, Journey es un juego sobre superar dificultades acompañados de individuos con los que desesperadamente intentamos comunicarnos, pero con los que tenemos una intrínseca y escencial dificultad para entendernos. Y, en este aspecto, me resulta altamente reminiscente e ilustrativo de algunos aspectos ubicuos de la vida social en general.
Todo esto sin mencionar el absurdamente alto nivel de inmersión, fortalecido por el espectáculo estético que el juego entrega mediante cada aspecto de su arte (los gráficos, el increíble uso de la música, el diseño cinemático de los niveles) en cada momento, al punto que me llevó a descubrirme terminandolo (literalmente) con la boca abierta. Simplemente increíble.

Menciones de Honor: "Demon's Souls" de FromSoftware, "The Unfinished Swan", de Giant Sparrow, "Thomas Was Alone!" de Mike Bithell, y "The Walking Dead" de TellTale Games.


Ahora bien, hubo otros grandes juegos. Muchos grandes juegos compitiendo este año. Demasiados...obligandome a dejar fuera grandes títulos que no llegaron a ser lo suficientemente originales o trascedentes (Legend of Grimrock, Torchilight II, Spec Ops: The Line y Dragon's Dogma). El primer juego que merece ser mencionado es aquel que casi le gana el Nuntius de Oro al Journey: el Demon's Soul de FromSoftware. Digamos brevemente que el Demon's Souls fue una de las más inmersivas experiencias que he jugado en mucho tiempo, dándole nuevamente sentido a la fantasía épica al tornar verdaderamente peligrosos, tenebrosos y agobiantes las típicas batallas que caracterizan al género. La alta dificultad, estética low-fantasy creíble, gameplay focalizado en la destreza por sobre los stats y elementos roguelike, hacen que las proezas realizadas en el (comica, pero adecuadamente nombrado) reino de Boletaria se sientan increíblemente satisfactorias, heroicas y recompensantes (si bien, por momentos, aparentemente imposibles y altamente frustrantes). Luego estuvo el Unfinished Swan, por lejos el juego más original e innovativo que he probado el año, con un gameplay que combina la exploración, la narrativa y el desempeño artístico. El principal motivo por el que este juego no ha ganado el Nuntius de Oro de este año ha sido porque, por motivos de tiempo, apenas pude probarlo...y eso le bastó para ganarse una mención de honor. Unfinished Swan se postula así como un fuerte candidato al Nuntius de Oro del 2014. También en el plano indie estuvo Thomas was Alone!, un puzzle-plataformer que, mediante su narrativa y estética minimalista, consiguió que me preocupase e identificase más con un grupo de rectangulos silenciosos de lo que he me relacionado los personajes de la mayoría de los RPG que he jugado en mi vida. Y, si sobre desarrollo de personajes se trata, The Walking Dead demostró que jugar una "película interactiva" no necesita tratarse sobre meter holywoodenses escenas de acción  hasta el hartazgo; sino que puede concentrarse por completo en el desarrollo emocional y psicológico de una serie de personajes, y en la incomoda toma de dificiles desiciones morales. Además, este juego tiene el plus de haber sido el primero (creo que en mi vida) que consiguió arrebatarme algunas lágrimas con su duro final.


[Izquierda arriba: el mortifero Demon's Souls / Derecha arriba: la gran estética de Unfinished Swan / Izquierda abajo: los carismáticos protagonistas de Thomas was Alone! / Derecha abajo: problemas en The Walking Dead]



Mejor Película del Año: "Cloud Atlas"



Cloud Atlas se lleva el Nuntius de Oro no por tanto por ser una obra maestra de su género, sino por haberme "tocado" en algún respecto. Por debajo de sus bonitas (si bien un tanto innecesarias) escenas de acción, sus hermosos efectos especiales y su interesante narrativa, Cloud Atlas me resultó significativa por representar una forma de "trascendencia" con la que puedo asentir (cosa rara teniendo una formación metafísica naturalista). La noción de que nuestras acciones tienen consecuencias que multiplican sus ecos en la eternidad, más allá de nuestros objetivos, deseos o entendimiento, es una idea que encuentro poderosamente convincente y defendible. Más aún: es una concepción que encuentro vigorizante, por tornar de cierto misticismo y relevancia hasta la más mundana de nuestras tareas. En este sentido, ver esta película a principio de año fue un saludable empujón a comenzar nuevos proyectos con gran entusiasmo, depositando una suerte de "fe" en los invisibles alcances de mi experiencia. Y, asimismo, reverla durante el año sirvió siempre para dotar de nuevas energías a proyectos desgastados. Y es que la narrativa de la película muestra muy bien como las grandes proezas olvidadas de héroes anónimos pueden servir de inspiración a otros sujetos, dándoles fuerzas, ideas y ánimos para superar terribles complicaciones. Más aún: la película demuestra, indirectamente, la gran importancia que tienen las obras (artísticas, científicas, incluso las cartas más mundanas) como un medio para aumentar los ecos de nuestras relaciones causales hacia los más distantes futuros...una idea muy estimulante para cualquier artista o investigador que alguna vez haya dudado por completo de la posible relevancia de su oficio.

Menciones de Honor: "Pacific Rim", "Thor 2 - The Dark World", "Looper" y "Prometheus"

...alejandome ahora del delirio exitencialista, la película que quedó en inmediato segundo lugar fue sin lugar a dudas Pacific Rim. Por lejos la mejor (y practicamente única) película de su género, Pacific Rim no peca de tomarse a sí misma demasiado en serio. Sabe que es una película robots gigantes a la Evangelion luchando contra alienígenas monstruosos, y da precisamente eso: mechas, monstruos, peleas espectaculares, muchas referecias y homenajes a cierto estilo clásico de anime.... ¡y hasta la aparición estelar de GLaDOS! (o bueno, su voz). Mirar esta película con Lumenae, comiendo pavadas y celebrando a los gritos cada trompada y cada monstruo que salía volando, fue uno de los momentos más sanos y memorables del año. Algo similar ocurrió con Thor 2, la sorprendentemente buena secuela de la increiblemente mala Thor. Nuevamente, se trata de una película que sabe lo que es, no intenta ser más que eso, y no se toma a si misma demasiado en serio. Thor 2 presenta super-héroes y super-villanos haciendo lo que hacen mejor (solucionar problemas diplomáticos de la forma más rudimentaria posible), con varios momentos cómicos para relajar tensiones y mantener todo en tonos amigables, a pesar de lo mucho que está en juego. Looper puede ser menos llamativa, pero recibe una mención de honor por resultarme muy reminiscente de la "buena ciencia ficción" de los 50'. A su modo, esta películas deja al espectador reflexionando y pensando sobre los pequeños detalles que se dan por sentado, y que hacen al conjunto de la narrativa fantástica. La forma en la que la pobreza es representada con total indiferencia en un futuro inmediato, el que las sociedades y los sujetos individuales parezcan cometer una y otra vez los mismos errores, la tendencia implicita hacia una centralización y fusión de las naciones, los avances en tecnología forénse y el "hecha la ley, hecha la trampa". Todos estos son cuestiones que dejan al espectador con inquietudes, reflexiones y preguntas respecto a las instituciones actuales que determinan las vidas de los sujetos hoy. Y ni que mencionar la sombra de Akira sobrevolando cierta parte del argumento...





Evento(s) del Año: Congreso en la Falda y 10° aniversario



Como dije al principio, este año fue muy curioso por tener una cantidad gigantesca de contenido "nerd" ligado a mis hobbies y pasatiempos, pero aún así conseguir albergar importantes acontecimientos ligados con aspectos más importantes de mi vida. De los múltiples eventos, hubo dos que resaltaron por su significación personal por encima de todos los demás: el décimo aniversario de lo mejor que me ha pasado en mi vida, y mi primer viaje solo, congreso fuera de Buenos Aires y salida de Buenos Aires en muchos años. Si bien el primer acontecimiento no pudo, por cuestiones de fuerza mayor, celebrarse en la medida que lo ameritaba (deuda pendiente para este año!), su significación a nivel personal no es menor. Cualquier persona que me conozca sabe que Lumenae está presente en cada aspecto de mi vida, y quien me conociese antes de comenzar esta relación (y desempolvase sus memorias de hace una década) notará que mi vida posiblemente habría sido mucho más tétrica de no ser por su feliz intervención. Me considero extremadamente afortunado por haber podido compartir esta década a su lado, disfrutando de una relación tan inusual en los tiempos que corren. En el otro extremo, el solitario viaje a Córdoba fue un importante paso personal, por permitirme confrontar determinados miedos y ansiedades que venía cargando hacía mucho tiempo. La experiencia fue hermosa y todavía recuerdo como se veía el amanecer sobre el nubloso lago de Carlos Paz, desde la ventanilla del micro. Además, el viaje redituó en nuevas y felices amistades que fueron ganando protagonismo hacia el final del año pasado, y ya redoblan la apuesta en lo que va de este año. 

Menciones de Honor: Terminar la cursada de la carrera, comenzar a dar clases, exponer en AFRA, ganar la Beca Estímulo, Comicopolis, Pre-release "Dragons Maze", concierto Distant Worlds.

Puff...una larga lista de menciones de honor. Las cuatro primeras menciones de honor son bastante explícitas y no necesitan muchas aclaraciones. El año pasado marcó, sin lugar a dudas, mi mayor éxito en términos académicos hasta el momento. Fue el año en el que expuse en más congresos hasta ahora, gané una beca que suma importes puntos de cara a la ajustada competencia que se pronostica para las becas doctorales de este año, expuse por primera vez en AFRA (con todos sus problemas, todavía el congreso más grande de Argentina) y terminé finalmente con la cursada de grado de la carrera, y rendí casi todas las materias (dejando un único examen para este año). Pero no solo eso, también tuve mis primeras experiencias docentes dando clases particulares (siendo el "fogonazo" de la docencia otra de esas cosas que venía retrasando hacía tiempo). Todo esto prepara el terreno para un 2014 que, sin lugar a dudas, será un importante año de cierres y aperturas de ciclos y etapas. En el ámbito plenamente nerd que caracteriza a este blog, el 2013 también me vio participar en mi primer torneo de Magic: The Gathering (gracias al generoso auspicio de Sam) y me permtió ganarle un par de boosters en agradecimiento. Los torneos de Magic eran de esas cosas que, cuando era pequeño, no se me permitían hacer por mi "peculiar" caracter, y ciertamente se sintió bien poder participar finalmente de uno. Por otro lado, también me vio yendo a la convención "Comicopolis" que, además de permitirme hacerle el aguante a la historieta nacional, me permitió conocer Tecnopolis....con su recién abierto salón de exposición de videojuegos y sus (¡énfasis!) ¡bosque con dinosaurios tamaño real! (otra cosa que tenía ganas de ver desde pequeño). Finalmente, el concierto Distant Worlds: Music from Final Fantasy fue mi irrepetible oportunidad de ver en concierto la música (y al compostior) que me ha acompañdo en innumerables horas de estudio, viajes, sesiones de rol...y bueno, obviamente videojuegos. Sin mencionar que cantar One Winged Angel junto a todo un Gran Rex lleno de freaks se lleva un premio especial por ser, oficialmente, "La mayor nerdeada que he hecho en mi vida".


[Izquierda: un gingatesco dinosaurio animatronico recibe a quienes están por entrar en el bosque / 
Derecha: mi humilde premio, ¡Selesnya campeón!]



Descepción del año: Final Fantasy XIII-2...y el "region lock" de sus DLCs.


La conedanadamente europea tapa del FF
Y, por si no quedaba claro que este ha sido un buen año, he aquí lo peor que me pasó durante el año: unpeor que me pasó en el año. Si...esa pavada. Este Nuntius de Oro probablemente sea el más significativo de toda la lista por ejemplificar lo bueno que fue el 2013 conmigo, incluso si no siempre supe apreciarlo. Pero al juego en cuestión: es la primera vez en mi vida que un Final Fantasy me genera rechazo. Seguro, nunca me termino de enganchar con el VI, pero siempre se debe a que lo agarro haciendo otras cosas. El V puede tornarse medio monotono y tener personajes poco interesantes, pero tiene un sistema de "grindeo" que está muy bueno. El VIII se ligó una enorme cantidad de (totalmente erróneas...) críticas mias durante durante mi niñez...pero eso no me impidó llegar hasta el último disco, y atascarme porque una animación tenía el disco rayado. Pero no, el FF XIII-2 consiguió que tanto yo, como Lumenae, que estuvimos buscando este juego por todos lados y esperando con ansias que llegase en el correo, no pudieramos jugarlo más que un par de horas. ¿Por qué? Porque el juego parece gritarte en todo momento "Usted, señor jugador, es un idiota. Y voy a hacer todo lo posible por enfatizarlo en cada momento". La forma completa, total y absolutamente irracional en la que los personajes aceptan jovialmente que las leyes básicas del espacio-tiempo cambian a su alrededor (¡y le creen a un desconocido que se excusa diciendo que "viene del futuro", e incluso arriesgan su vida por él!) es solamente comparable con el irracional desarrollo de personajes que se presenta. ¿Reacción natural frente a la presunta desaparición del amor de tu vida? No hacer nada. ¿Carácter y personalidad más coherente para el último ser humano del mundo, criado en un contexto oscuro de muerte y cazería para la supervivencia? "Happy go-lucky". No importa que Lightning sea terriblemente grosa, o que el sistema de combate seguramente tenga potencial (...potencial que también tenía en el XIII, aunque no supieran aprovecharlo al máximo), para el momento en que uno intenta fingir interés en eso ya tuvo suficientes "Chocolinas" y desarrollos argumentales irracionales como para seguir jugando. Y no es solo eso...es todo el tratamiento de conceptos complejos como "temporalidad", "linea temporal", "paradoja" que es directamente ofensivo al intelecto del jugador.
juego fue una porquería y me pegué una bronca porque sus DLCs no eran compatibles con mi cuenta de la PSN. Eso fue, literalmente, lo
Es bastante triste que el 2013 me haya visto platinar el FF XIII...y asignarle este Nuntius de Oro a su sucesor. 

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Ese ha sido el humilde recuento de mi feliz 2013. El 2014 se presenta, del vamos, con grandes desafíos y promesas. El comienzo de mi propio hogar, el final de mi carrera de grado (inmediatamente seguida por el concurso más importante de mi vida hasta ahora), junto a infinidad de proyectos y anhelos en otros ámbitos. Si el 2013 fue (o, al menos, se sintió) como "el año del ocio", el 2014 me recibe con renovadas energías para volver a trabajar sobre determinados avatares cotidianos que he venido arrastrando por largo tiempo. Como dije antes, un año que seguramente estará marcado la apartura y cierre de ciclos, el auto-descubrimiento, la renovación personal, el esfuerzo, el disciplinamiento.... ¡y mucha nerditud!