[D&D-A] - Llegada a Fondaria
Breve recapitulación de la sesión jugada el 25/04/2015, en la cual Valyghar y Alexander llegan al pequeño pueblo de Fondaria tras el trágico naufragio en el que perdieron la mayoría de su equipo.
La sesión comenzó con los exhaustos aventureros naufragando durante el amanecer de su sexto día de viaje, en un bote salvavidas con la compañía de angustiados marineros. Tras determinar aleatoriamente la dirección en la cual la corriente empujaba el pequeño bote, este avanzó hacia el sud-oeste, arribando a una playa cercana del objetivo original del viaje: Fondaria.
Aquí fue Valyghar quien intervino, eligiendo cuidadosamente omitir algunos detalles, pero intentando dar los suficientes como para calmar a la magister. Explicó que, efectivamente, su viaje distaba de ser las simples vacaciones que decían. Estaban en una misión secreta a cargo del mismísimo General Gorgnard, provocada por el hallazgo de que los recientes ataques a Morwold tenían por objetivo dar captura a un hobbit particular que el mismo Juez Montag había reportado como muerto: Edmund Denkel. Siendo un importante historiador y arqueólogo, así como un amigo personal del general, la posibilidad de que éste estuviese vivo solo podía indicar una cosa: que o bien los responsables del ataque a Morwold, o bien el Juez Montag, tenían información equivocada. Siendo la última posibilidad una particularmente sospechosa a la luz de los recientes acontecimientos. Fuera de eso, Valyghar negó tener cualquier conocimiento ni intención de desarrollar un nuevo Anómicus. Explicó que su intención era servir al Orden, y que su misión se desarrollaba (si bien en secreto) dentro de tal marco. Todo esto pareció calmar a la magister, así como incrementar sus sospechas de que podía haber un nuevo Juez Renegado involucrado. Nemfre advirtió a los aventureros que su presencia en el pueblo era peligrosa, y que harian bien en irse al descampado. Pero también señaló que tuviesen cuidado: evidentemente habían llamado la atención de mucha gente, y eso implicaba que podían estar jugando un rol mayor del que entendían en esta problemática coyuntura. Era evidente que los agentes del Fénix Negro no eran los responsables de los ataques (matarlos mientras dormían hubiese sido considerablemente más efectivo) y eso solamente tornaba toda la situación más problemática. Tras algunos comentarios degradantes, y tras desactivar la piedra de bloqueo y negarse a "prestárselas", la magister abandonó la posada.
Tranquilos en la soledad, Valyghar y Alexander comenzaron a debatir sobre los recientes sucesos, qué significaban y, por sobre todo, qué pasos dar a continuación. Desde que habían abandonado Argos, la suerte de los dos aventureros parecía haber ido en poderoso detrimento, muchas veces de un modo que terminaba implicando el destino de terceros. E, incluso sin detenerse a pensar en tales repercusiones, el dúo de aventureros comenzaba a acumular derrotas y calamidades a un ritmo estrepitoso...un ritmo que en más de una ocasión los había dejado ante las puertas de la muerte. ¿Quien los perseguía y por qué? ¿Había alguna forma de permanecer seguros? ¿En quién podían confiar? ¿Cómo se relacionaba todo esto con un hobbit historiador llamado Edmund Denkel? ¿Por qué apodaban "León de Argos" a Valyghar? A excepción de la última pregunta, la cual solo lo consternaba a Alexander (quien podía entender a qué se debía la parte referida a Argos, pero no lo de "León"), estas interrogantes pesaban sobremanera en la consciencia de los guerreros.
Tras una larga charla, y un exhaustivo análisis de sus opciones, los guerreros alcanzaron una serie de determinaciones. En primer lugar, era imperativo evadir a quien fuera que estaba persiguiéndolos. Esto no solamente mantendría a salvo a los civiles inocentes, sino que también mantendría a los dos aventureros vivos el tiempo suficiente como para conseguir respuestas más concretas. Si bien no era del todo claro quien, o cómo, los estaba siguiendo, las palabras de Nemfre daban a entender que la señal mágica de la Espada Solar de Valyghar era lo que estaba permitiendo el rastreo. Deshacerse de la espada era una opción, pero eso solo llevaría al acechante a utilizar otros medios para localizarlos (como formas más mundanas de clarividencia). Lo que necesitaban era, en todo caso, un medio para bloquear todo tipo magia de rastreo y de localización. Un medio similar al que los rebeldes del Anómicus habían usado, hacía cerca de 30 años, para esconderse del omnipresente poder los Jueces. Necesitarían conseguir una piedra de bloqueo. Pero eso podía no ser suficiente: también necesitarían cuanta ayuda pudiesen conseguir. Y, en particular, si los jueces parecían estar involucrados....necesitarían la ayuda de Jueces que fuesen de fiar.
Fue entonces cuando, como por un golpe de suerte, Valyghar recordó a aquel hobbit llamado Edwin Gladstone, al que había rescatado de la Guarida Garraparda al comienzo de todos estos acontecimientos. Tal sujeto había prometido asistir a Valyghar en cualquier cosa que necesitase, en agradecimiento por haberle salvado la vida. Pero, más importante aún, el hobbit había mencionado ser el dueño de la posada El Harado, en el pueblo halfling del Distrito. Es un secreto a voces que todas, o casi todas, las principales posadas de Arcadia forman parte de la Liga de Informantes, una red de inteligencia que ha ganado una inmunidad diplomática de facto a base de una estricta filosofía de neutralidad .... y un poco de extorsión. El Distrito se encontraba a menos de un día de viaje, y Gladstone seguramente sería capaz de decirle a Valyghar donde encontrar una piedra de bloqueo. Más aún, el hobbit seguramente podría prestar la infraestructura de su cofradía para hacer llegar un mensaje a Thomas Ramgast, Juez de Aldaron, antiguo amigo y mentor de ambos aventureros. Había sido Ramgast quien hubiese repelido a "La Bruja" en la gran batalla de las Ruinas Élficas, hacía dos años. También había sido él quien descifró y denunció la presencia de un traidor (aún desconocido) en el Consejo Arcano de Antioch. Más aún, Ramgast había dado asilo y consejo a Valyghar y Alexander, ayudando a que el primero consiguiese su merecida posición como capitán de Argos, e indicándole al segundo el camino para encontrar a Rhadika, su maestra en las artes arcanas. Si había alguien lo suficientemente poderoso e informado cómo para poder darles una mano en esta situación, definitivamente se trataba de Tom Ramgast.
Habiendo decidido tal curso de acción, y tras deliberar que era mejor no dar información de más a terceros, Alexander se apresuró a escribir una carta en lenguaje arcano que simplemente dijese "Nos están persiguiendo, necesitamos tu ayuda" y se la entregó a Valyghar en el momento mismo en que algún impaciente cliente comenzó a golpear la puerta de la (aún cerrada) posada. Los aventureros decidieron que lo mejor sería separarse brevemente: mientras uno de ellos iba a solicitar la asistencia de Gladstone, el otro debería quedarse aquí con la espada solar. No mover la espada evitaría despertar sospechas, pero dejarla sola aquí podría causar que algo desafortunado ocurriese al pueblo...sin que nadie estuviese aquí para protegerlo. Y, dado que Gladstone reconocería más vivamente a Valyghar que a Alexander, los guerreros optaron que el León de Argos fuese hacia el Distrito, dejando a Alexander atrás custodiando la espada y el pueblo.
Apenas habían terminado de tomar esta determinación, el hijo de Baldwin entre-abrió la puerta parasegunda intromisión sorpresiva, Valyghar optó por escapar de la posada por la ventana de una de las habitaciones y dirigirse ya mismo hacia el Distrito. Pensando en cómo evitar ser reconocido por los habitantes de Fondaria (así como por los potenciales aliados de Sindel), el guerrero tomó el anillo camaleónico que los aventureros habían recuperado del escondite rebelde durante la tormenta, hacia algunos días. Utilizando su poder mágico, Valyghar cambió su alta y escultural fisonimía de guerrero experimentado por la de alguien completamente opuesto en todo sentido (un niño gordinflón y petiso, de expresión tímida y bonachona) y trepó ventana abajo.
inventar una excusa sobre por qué seguían cerrados y sacarse de encima al insistente cliente. Pero su torpe intento de mentira fue un completo fracaso cuando Sindel, con su característica actitud determinada y aire de saber más de lo que expresa, atravesó la puerta y se acomodó en una silla, con las piernas sobre la mesa. Desarticulado por la
Alexander, en cambio, optó por aprovechar esta oportunidad de confrontar nuevamente a Sindel. Aprovechando como la duelista parecía distraída molestando al hijo de Baldwin, Alexander descendió sigilosamente del primer piso de la taberna y se dirigió en completo silencio hasta llegar detrás de Sindel. Alexander se dirigió entonces a Sindel fríamente, quien expresó con una sonrisa de aprobación su sorpresa frente a la pericia del arquero. Tras algunos comentarios burlones sobre la pésima apariencia del naufragado guerrero, Sindel preguntó preguntó inmediatamente por Valyghar con su habitual tono que conseguía combinar un aire incisivo y desinteresado a la vez. Tras un segundo de silencio, Alexander miró fijamente a la duelista y respondió que "él no lo había logrado", que había muerto en la tragedia marítima que había precedido. El aire pareció congelarse, mientras la duelista cambiaba en un instante su juguetona fachada por una expresión de claro y directo análisis sin ningún tipo de disimulo. ¿Estaba mintiendo este niño? ¿Podía ser cierto que el León de Argos hubiese muerto en el mar? Y el aire siguió condensándose alrededor de la silenciosa batalla de decepción y engaño que se daba, en meros segundos, entre los dos interlocutores. Pero Alexander, por pericia y por su extraño carácter natural, simplemente no se inmutó en lo más mínimo...y la duelista no tuvo más alternativa que creer lo que el muchacho le decía.
Con un claro aire de decepción, Sindel se encogió de hombros y tras exclamar algo en las líneas de "Bueno, hasta ahí llegó eso..." la duelista pareció perder verdaderamente todo interés en el asunto y simplemente se levantó y partió de la taberna.
Notas para recordar:
Tras descender del bote, los aventureros ofrecen a los marineros invitarles hospedaje y alimento en un taberna del pueblo cercano (recordando que Thomas, el hijo del Oficial Baldwin, quien se encuentra bajo las órdenes de Valyghar, trabaja allí). Pero el espiritu de los marineros se encuentra demasiado bajo, y estos eligen permanecer en la playa unos momentos más, efectuando un silencioso homenaje al sacrificio de su capitán. Tras recibir agradecimientos por su ayuda durante la tormenta, y por su generosa oferta, Alexander y Valyghar (este último aún descalzo, con apenas pantalones para dormir y sus espadas colgando) avanzan hacia el puerto que se ve cerca.
En el camino hacia Fondaria, Alexander reprocha a Valyghar que lo ocurrido con la Ballena Blanca ha sido su completa culpa. Que ha visto quien ha sido el responsable y que, si bien no puede decir quien fue, está totalmente seguro que la tormenta los atacaba a ellos dos. Pero Valyghar se rehúsa a escuchar a su compañero: desestima sus advertencias sosteniendo que se trató de una simple tormenta e insiste en que deben proseguir con su misión. Sin embargo, Alexander se mantiene firme, y señala sarcásticamente lo extraño de que haya dos tormentas de proporciones nunca antes vistas en las Bahía Dentada, en menos de una semana, y justo por donde ellos están transitando. Más aún, sostiene que ellos llevan la muerte hacia donde van. Pero Valyghar entiende las cosas de otro modo. Después de todo, ¿cuál es el plan? ¿abandonar todo y esconderse en el descampado? Si hay un poder semejante que realmente está conspirando contra ellos, que busca mantener ocultos los secretos detrás de la desaparición de Denkel, es entonces su responsabilidad desentrañar este misterio para evitar que tal poder ataque a más víctimas inocentes.
Hacia este punto de la conversación, el par de aventureros finalmente arriban al muelle de Fondaria. Tras sorprender con su desbaratada apariencia a un avejentado y flacucho pescador local llamado Jonás (o "Juan", como le dice la mayoria del pueblo), preguntan al mismo por la dirección de alguna posada. Jonás les señala entonces el camino hacia la única posada de Fondaria, "La Posada de los Cuatro Peces", y los aventureros emprenden camino para encontrarse con su único contacto en el pueblo: Thomas Baldwin, el hijo del oficial Baldwin. Durante su breve caminata, el pueblo se presenta como un vívido contraste a la trágica noche que han pasado, manifestando una mixtura de los mejores elementos de los pueblos y las ciudades. Mientras que la naturaleza portuaria y mercantil del lugar irradia de actividad y vitalidad a sus habitantes, el pequeño tamaño del mismo parece devenir en una jovial manzana y una cordial característica de las pequeñas comunidades. Un breve y bienvenido descanso para los apesadumbrados corazones de nuestros héroes.
Valyghar y Alexander encontraron la Posada de los Cuatro Peces cerrada y con las persianas bajas, muy a pesar de que el día ya se adentraba en la media mañana. Tras llamar vivamente a la puerta, Thomas entre-abrió la misma, expresando entre susurros y por lo bajo que el lugar estaba cerrado y que sería mejor que se vayan. Tras la insistencia de Valyghar, y el recordatorio de quien era, Thomas insistió en que deberían partir...pero antes de poder expresar con claridad sus razones, dos sujetos con armaduras completas y uniformes del Magisterio se posaron a ambos lados de los aventureros, mientras la no-tan-femenina voz de Nemfre les comandaba ingresar en la taberna en forma ordenada, callada y tranquila. Una vez dentro, Nemfre ordena a sus hombres a custodiar la puerta y sienta a los aventureros en una mesa. Más importante aún, y antes de comenzar propiamente con la "conversación", la magister saca de túnica una piedra perfectamente redondeada, con hendiduras interconectadas al modo de los relieves en las túnicas de los Jueces. Tras apoyar la piedra en la mesa, posa su mano sobre la misma y la luz de diminutas runas comienzan a emitir un tenúe brillo en la totalidad de las hendiduras. Alexander no tarda e inferir que el objeto es nada más, y nada menos, que una piedra de bloqueo.
Nemfre no tarda en explicar los motivos de su persecución implacable: una particular aura mágica se ha manifestado en cada uno los sitios donde los aventureros han encontrado desastres naturales. Tal aura antecede la ocurrencia de los mismos, y desaparece una vez que estos han concluido. Más aún, Nemfre revela que Montag, el Juez de Argos, ha estado manteniendo un ojo sobre Valyghar desde que este llegara a la Bahía Dentada. La espada solar que le fuese obsequiada por tal Juez por el mérito de haber vencido a Ventisca, el Juez Renegado, posee otra aura mágica de gran fuerza y particularmente fácil de rastrear. Los temores de Nemfre son claros y justificados: si bien no tarda en aclarar que no tiene demasiado interés en el bienestar del dúo de aventureros, todo pareciera señalar la posibilidad de que otro Juez Renegado estuviese involucrado. Algo particularmente apremiante dada la problematica coyuntura en la cual Arcadia parece encontrarse de repente: Ander, un guerrero con poderes curativos que ayudase a nuestros heroes y al Juez Ramgast en campañas pasadas, parecía haber comenzado una rebelión de creciente intensidad en el sur, mientras que la sombra conocida unicamente como "El Asesino de Jueces" (un caballero de enorme espada y negra armadura con cuernos, que habría sido responsable de la muerte del Juez Sinclair y de la incriminación de nuestros heroes en campañas pasadas) continuaba cobrándose victimas. A esto había que sumar los extraños desastres sobrenaturales, que ya tenían entre sus consecuencias el desborde del río de Lansdow, la inundación de tal pueblo y la muerte o desaparición de una buena parte de sus habitantes.
Todo esto parecía indicar el advenimiento de un nuevo Anómicus en Arcadia, uno cuya gestación parecía seguir de cerca los lugares, personas y eventos que Valyghar y Alexander se habían cruzado en sus viajes. Más aún, uno que parecía estar intrínsecamente ligado a uno o más poderosos usuarios de magia...crimen que caía directamente bajo la jurisdicción de Nemfre y el Magisterio. Alexander no tardó en declarar lo que sabía y en explicar que había sido un Juez con vestimentas negras el que había causado la última tormenta. Pero Nemfre no tomó esta acusación demasiada seriedad (o, por lo menos, se esforzó por que ello no fuese manifiesto). Los Jueces Negros, expresó, son un mero rumor de la Isla Sarónica, una historia contada por jóvenes aprendices de mago para aparentar una sabiduría de la que carecen...y Nemfre estaba harta de historias. Demasiadas personas habían muerto por un viaje que podía haber sido evitado. La magister quería respuestas en ese preciso momento: ¿por qué estaban viajando? ¿qué conexiones tenían con los sucesos recientes que agitaban Arcadia y quién los perseguía?
Magister Nemfre |
Tranquilos en la soledad, Valyghar y Alexander comenzaron a debatir sobre los recientes sucesos, qué significaban y, por sobre todo, qué pasos dar a continuación. Desde que habían abandonado Argos, la suerte de los dos aventureros parecía haber ido en poderoso detrimento, muchas veces de un modo que terminaba implicando el destino de terceros. E, incluso sin detenerse a pensar en tales repercusiones, el dúo de aventureros comenzaba a acumular derrotas y calamidades a un ritmo estrepitoso...un ritmo que en más de una ocasión los había dejado ante las puertas de la muerte. ¿Quien los perseguía y por qué? ¿Había alguna forma de permanecer seguros? ¿En quién podían confiar? ¿Cómo se relacionaba todo esto con un hobbit historiador llamado Edmund Denkel? ¿Por qué apodaban "León de Argos" a Valyghar? A excepción de la última pregunta, la cual solo lo consternaba a Alexander (quien podía entender a qué se debía la parte referida a Argos, pero no lo de "León"), estas interrogantes pesaban sobremanera en la consciencia de los guerreros.
Tras una larga charla, y un exhaustivo análisis de sus opciones, los guerreros alcanzaron una serie de determinaciones. En primer lugar, era imperativo evadir a quien fuera que estaba persiguiéndolos. Esto no solamente mantendría a salvo a los civiles inocentes, sino que también mantendría a los dos aventureros vivos el tiempo suficiente como para conseguir respuestas más concretas. Si bien no era del todo claro quien, o cómo, los estaba siguiendo, las palabras de Nemfre daban a entender que la señal mágica de la Espada Solar de Valyghar era lo que estaba permitiendo el rastreo. Deshacerse de la espada era una opción, pero eso solo llevaría al acechante a utilizar otros medios para localizarlos (como formas más mundanas de clarividencia). Lo que necesitaban era, en todo caso, un medio para bloquear todo tipo magia de rastreo y de localización. Un medio similar al que los rebeldes del Anómicus habían usado, hacía cerca de 30 años, para esconderse del omnipresente poder los Jueces. Necesitarían conseguir una piedra de bloqueo. Pero eso podía no ser suficiente: también necesitarían cuanta ayuda pudiesen conseguir. Y, en particular, si los jueces parecían estar involucrados....necesitarían la ayuda de Jueces que fuesen de fiar.
Fue entonces cuando, como por un golpe de suerte, Valyghar recordó a aquel hobbit llamado Edwin Gladstone, al que había rescatado de la Guarida Garraparda al comienzo de todos estos acontecimientos. Tal sujeto había prometido asistir a Valyghar en cualquier cosa que necesitase, en agradecimiento por haberle salvado la vida. Pero, más importante aún, el hobbit había mencionado ser el dueño de la posada El Harado, en el pueblo halfling del Distrito. Es un secreto a voces que todas, o casi todas, las principales posadas de Arcadia forman parte de la Liga de Informantes, una red de inteligencia que ha ganado una inmunidad diplomática de facto a base de una estricta filosofía de neutralidad .... y un poco de extorsión. El Distrito se encontraba a menos de un día de viaje, y Gladstone seguramente sería capaz de decirle a Valyghar donde encontrar una piedra de bloqueo. Más aún, el hobbit seguramente podría prestar la infraestructura de su cofradía para hacer llegar un mensaje a Thomas Ramgast, Juez de Aldaron, antiguo amigo y mentor de ambos aventureros. Había sido Ramgast quien hubiese repelido a "La Bruja" en la gran batalla de las Ruinas Élficas, hacía dos años. También había sido él quien descifró y denunció la presencia de un traidor (aún desconocido) en el Consejo Arcano de Antioch. Más aún, Ramgast había dado asilo y consejo a Valyghar y Alexander, ayudando a que el primero consiguiese su merecida posición como capitán de Argos, e indicándole al segundo el camino para encontrar a Rhadika, su maestra en las artes arcanas. Si había alguien lo suficientemente poderoso e informado cómo para poder darles una mano en esta situación, definitivamente se trataba de Tom Ramgast.
Habiendo decidido tal curso de acción, y tras deliberar que era mejor no dar información de más a terceros, Alexander se apresuró a escribir una carta en lenguaje arcano que simplemente dijese "Nos están persiguiendo, necesitamos tu ayuda" y se la entregó a Valyghar en el momento mismo en que algún impaciente cliente comenzó a golpear la puerta de la (aún cerrada) posada. Los aventureros decidieron que lo mejor sería separarse brevemente: mientras uno de ellos iba a solicitar la asistencia de Gladstone, el otro debería quedarse aquí con la espada solar. No mover la espada evitaría despertar sospechas, pero dejarla sola aquí podría causar que algo desafortunado ocurriese al pueblo...sin que nadie estuviese aquí para protegerlo. Y, dado que Gladstone reconocería más vivamente a Valyghar que a Alexander, los guerreros optaron que el León de Argos fuese hacia el Distrito, dejando a Alexander atrás custodiando la espada y el pueblo.
Apenas habían terminado de tomar esta determinación, el hijo de Baldwin entre-abrió la puerta parasegunda intromisión sorpresiva, Valyghar optó por escapar de la posada por la ventana de una de las habitaciones y dirigirse ya mismo hacia el Distrito. Pensando en cómo evitar ser reconocido por los habitantes de Fondaria (así como por los potenciales aliados de Sindel), el guerrero tomó el anillo camaleónico que los aventureros habían recuperado del escondite rebelde durante la tormenta, hacia algunos días. Utilizando su poder mágico, Valyghar cambió su alta y escultural fisonimía de guerrero experimentado por la de alguien completamente opuesto en todo sentido (un niño gordinflón y petiso, de expresión tímida y bonachona) y trepó ventana abajo.
inventar una excusa sobre por qué seguían cerrados y sacarse de encima al insistente cliente. Pero su torpe intento de mentira fue un completo fracaso cuando Sindel, con su característica actitud determinada y aire de saber más de lo que expresa, atravesó la puerta y se acomodó en una silla, con las piernas sobre la mesa. Desarticulado por la
Sindel |
Con un claro aire de decepción, Sindel se encogió de hombros y tras exclamar algo en las líneas de "Bueno, hasta ahí llegó eso..." la duelista pareció perder verdaderamente todo interés en el asunto y simplemente se levantó y partió de la taberna.
Notas para recordar:
- Thomas Baldwin, hijo del oficial Baldwin (miembro de la unidad al mando de Valyghar) atiende la Posada de los Cuatro Peces, única posada en Fondaria.
- Finalmente, la magister Nemfre ha conseguido la "entrevista" que buscaba con los aventureros, y estos le han contando gran parte de su misión.
- Arcadia está atravesando una problemática coyuntura: Ander (el guerrero con habilidades curativas) ha comenzado una rebelión en el sur, y el "Asesino de Jueces" parece seguir cobrándose víctimas. Nemfre tema que pueda tratarse del comienzo de un nuevo Anómicus, y señala con sospecha como todos los acontecimientos parecen conectarse de algún modo con Valyghar y Alexander.
- Un aura mágica particular ha aparecido cada vez que ha habido una "catástrofe natural" en el camino de los aventureros. Tal aura desaparece de un modo tan rápido y repentino como la mismísima catástrofe.
- La Espada Solar obsequiada por el Juez Montag a Valyghar posee un aura mágica particular, que hace excepcionalmente sencillo rastrear al León de Argos.
- Nemfre desmintió lo visto por Alexander durante el naufragio, diciendo que los llamados "Jueces Negros" son una mera leyenda de Sarónica. Tampoco considera que el Fenix Negro sea el responsable de los ataques. Sospecha, en cambio, la posibilidad de que haya un Juez Renegado involucrado.
- Valyghar ha dejado la espada solar con Alexander en Fondaria y, disfrazado con el anillo camaleónico, ha ido en búsqueda de la ayuda de Gladstone en El Distrito.
- Al momento de partir Valyghar de la taberna, los aventureros se encontraban en el mediodía de su sexto día de viaje.