Nuntiuis de Oro 2022

 ¡Fin de ciclo, comienzo de ciclo! En las inmediateces del nuevo año solar llega la esperada hora de hacer un mini balance y entregar cráneos voladores a los mejores hitos ñoños del 2022. Con un año muy focalizado en el trabajo, los galardones tienen menos competidores que de costumbre... ¡pero hay algunos candidatos muy jugosos! ¡Y nuevas categorías que tal vez no habría que celebrar tanto!

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El 2022 marcó el año de aparente final de la pandemia que venía trastocando todos los espacios, actividades y manejos de tiempos (al menos, en mi caso particular). Tras dos años de encierro prácticamente total, el "retorno a la normalidad" se experimentó más como un cambio radical que como un retorno a las viejas formas. Viví cada espacio recuperado (el trabajo presencial, las juntadas con amigos, los bailongos y milongas, el colectivo sin barbijo, los abrazos sin miedo) como una pequeña conquista, en el más bélico de los sentidos. A ese (feliz) esfuerzo emocional se sumó un cambio bastante radical en lo que las prácticas laborales respecta. Un cambio que me hizo enfrentar potencias de las que venía huyendo hacía más de una década, y que trastocó para bien todos los elementos de la nueva cotidianeidad. Y mientras todas esos esfuerzos hermosos ocurrían, un erizo arriesgaba con timidez la chance de una nueva apuesta emocional... Sin lugar a dudas, el 2022 fue uno de los mejores y más felices años que viví en mucho tiempo, comparable incluso a ese 2016 de absoluta resurrección. Y, similar a aquel año, lo fue gracias a un constante esfuerzo por ir más allá del límite (auto)establecido. De desafiarme, constantemente, en cada plano que tuviese a la mano. Y de hacerlo teniendo siempre como guía la sospecha de que no todo está perdido y de que se puede ser un poco más feliz en este caótico jardín de variedades. Todo esto para decir que el nerdeo se vió un poco afectado por los procesos vitales y que los galardones tienen menos candidatos que de costumbre... aunque, acá también, se desafiaron los límites y se encontraron nuevas sorpresas. ¡Comencemos! 

Este año tenemos los siguientes galardones y candidatos: 

  • BANDA DEL AÑO: Haru Pandi, Christopher Larkin, Tango Cañón, Darren Korb, ¿Nerdfest Ost?
  • LECTURA DEL AÑO: El Gato del Rabino, Estrella Roja, Odisea, una banda de papers...
  • PELÍCULA DEL AÑO: Argentina 1985, Up
  • SERIE DEL AÑO: Midnight Mass, Andor, Cobra Kai (T4), Peaky Blinders (T5)
  • EVENTO DEL AÑO: Candidatos: primeras remadas, escapadas a Tigre, clases presenciales, Nerdfest 2022 - Berretapocalipse Edition HD,  Nerdfest EXTRA - RoscaFest Edition, marcha del 3-S, ¡argentina campeón! y mil cosas más...
  • LANZALLAMAS DEL AÑO: CRSPR Flamethrower [Deeprock Galactic], Bardin's Drakegun [Warhammer: Vermintide 2], Warpfire Flamethrower [Warhammer: Vermintide 2], Breath of Fire [Warhammer: Chaosbane]
  • ANTAGONISTA DEL AÑO: Elfos de Valenzuela, betatesters del Chaosbane, Rasknitt [Warhammer: Vermintide 2], el dragón del Clank!, Bellax the Beholder [Wrath of Ashardalon], Daveron jugando a los "Betrayal at..."
  • PARTIDA DEL AÑO: Escaramuzas de OnePageRules, Final de la Liga Commander Otoño-Invierno 2022, Eldritch Horror vs Azatoth, Betrayal (de Daveron) at House of the Hill, Mortal Kombat por la presidencia de Puan, Linovsky vs Alienzo [Tetris], el Asedio de Karak Var [Warhammer: Total War], la Batalla de Galbaraz (también conocida como "La Colina Sangrienta") [Warhammer: Total War], la caída de Bellax [Wrath of Ashardalon].
  • JUEGO MÁS BUGGEADO DEL AÑO: el launcher de Epic Games, Star Wars: Battlefront 2, Warhammer: Chaosbane, Wildlands
  • BOARDGAME DEL AÑO: Wildlands, Clank!, D&D: Wrath of Ashardalon, Lords of Waterdeep, Splendor
  • VIDEOJUEGO DEL AÑO: Warhammer: Vermintide (1 y 2), Warhammer: Chaosbane, Warhammer: Total War, Transistor, Uncharted 4, Star Wars: Squadrons


BANDA DEL AÑO 
Candidatos: Haru Pandi, Christopher Larkin, Tango Cañón, Darren Korb, ¿Nerdfest OST?

Ganador: Tango Cañón

Junto con las horas y horas de trabajo, este fue un año de mucho "refrito" en el ámbito musical. Sin notarlo hasta mucho después, Haru Pandi destacó en el plano lo-fi (que bien debe hacer de ambientación un 50% de mi día). Habría que hacer una mención de honor para Christopher Larkin por el increíble OST de "Hollow Knight" que también acompañó más de una tarde (aunque en la versión lo-fi de Emphase). Darren Korb pegó otro clásico moderno con el OST de Transistor. En particular, canciones como Impossible y todas las que incluyan a la talentosa Ashley Barret (e.g. We all Become, The Spine) aparecieron una y otra vez en los más variados momentos.  Sin embargo, lo que indudablemente fue la banda sonora del año (y, en particular, de cada viernes por la noche) fue el increíble duo de Tango Cañón. Con un repertorio en constante crecimiento y unas reversiones increíbles de temas de otros rubros (entre las que destaca una versión aún no grabada de El Jardín más Bello, de Gabo Ferro), el dúo Cañón consigue una sonoridad original y potente dentro de la escena del tango contemporáneo. Muy bailabe, muy escuchable, muy auténtica, muy de acá y de ahora. Que sean unos tipazos y toquen todas las semanas para quien quiera escucharlos solamente suma más. Algunas piecitas para destacar podrían ser: Buenos Andes, Puerto y su versión de Abismo (aunque cabe destacar que los videos no hacen honor a lo increíble que suenan en vivo).
PD: Y no es una banda, pero sí una banda sonora... ¡este año debutó el OST oficial del Nerdfest! Otra lista para mirar con atención. 


LECTURA DEL AÑO 
Candidatos: El Gato del Rabino, Estrella Roja, Odisea, un montón de papers...

Ganador: Estrella Roja

No va muy en el espíritu de estos premios, pero podría arrancar destacando las lecturas académicas de este año. Varias docenas de papers sobre problemas de bioética y neuroética, junto con algunos revisando la evidencia contemporánea de la hipótesis Sapir-Whorf. De estos últimos, el de Martinovic et. al. (2020) destaca por señalar potenciales problemas metodológicos en uno de los principales experimentos que revitalizaron el estudio empíricamente informado acerca del relativismo cultural. Pero saliendo del nerdismo académico, la Odisea marcó saldar una deuda histórica con... bueno, con la fantasía histórica. Tengo que admitir que, así como con la Iliada me sorprendió lo visceral del relato, con la Odisea me sorprendió lo pequeñas que son las escenas más recordadas dentro del texto original (a veces, siendo poco más que un "párrafo"). Hoy por hoy, creo que diría que me gustó más la apropiación que la cultura universal hizo del relato homérico, que el relato homérico en si mismo. Por otro lado, El Gato del Rabino marcó mi cíclico retorno a la obra de Joann Sfar, que sigue sin defraudar. Comedia, humanidad y ditirambos filosóficos que te hacen encarar cada novela gráfica sin saber bien que vas a encontrar, pero con la certeza de que te va a dejar pensando y queriendo volver. Pero el ganador, por lejos, tiene que ser la space-opera revolucionaria de Manuel Loza, Estrella Roja. Especuladores y conspiranóides tal vez atribuyan este premio al cameo, en la versión impresa, de un piloto homónimo a su servidor. Pero, tristemente, la razón es bastante más seria. Buena parte de nuestros hobbies giran alrededor de fantasías de poder que resultarían violentísimas de no ser porque (sabemos, o creemos saber) son meramente eso: fantasías. Campos de batalla interminables, ejércitos masacrándose por millares e inagotables imperios opresores suelen ser algunos de los trasfondos "copados" para nuestras sueños de aventura y agencialidad. Pero en la cotidianidad de esos escapismos es tristemente fácil olvidarse lo horripilante y terrible que es cada uno de esos escenarios. Estrella Roja (incluso teniendo protagonistas más grandes que la vida misma) pone en primerísimo plano lo que se juega en la batalla contra la opresión, la terrible naturaleza del fascismo, y los enormes sacrificios que demanda detenerlo. En un mundo que parece cada vez más decidido a repetir los errores del pasado, es una historieta fundamental para recordarnos que "si te kabe el Imperio, no entendiste Star Wars"...y que si no entendiste Star Wars, capaz no entiendas los muy reales conflictos que se vienen. 



PELÍCULA / SERIE DEL AÑO 
Candidatos: Argentina 1985, Up / Midnight Mass, Andor, Cobra Kai (T4), Peaky Blinders (T5) 

Ganadores: Argentina 1985 / Andor

No es tanto que no haya visto películas este año, pero creo que Argentina 1985 y Up, de Pixar, fueron las únicas dos películas que siquiera consideraría candidatear a tan prestigiosos premios (?) (lo siento Marvel y compañía). Si bien Up toca algunos temas existencialistas profundos e interesantes (particularmente, el peso de la perdida y la batalla para rearma una vida), tengo que admitir que me terminó impactando muchísimo menos de lo que esperaba. En contraposición, Argentina 1985, incluso siendo una historia incompleta (como necesariamente lo son todas las historias que duran 2 horas) e incluso teniendo un tono humorístico que por momentos choca con la gravedad de la situación siendo abordada, se vuelve inmediatamente un registro que obviamente será fundamental para que las generaciones venideras reafirmen los pactos democráticos que ya empiezan a ponerse en jaque. En la misma línea (y en tandem con el galardón anterior), Andor se lleva el cráneo volador a "mejor serie del año" por ser exactamente eso: una buena serie. Casualmente resulta ser de Star Wars, pero eso no podría importar menos. El mérito de Andor es hacer una representación realista y, por momentos, sorprendentemente cruda de la vida bajo un regimen fascista. Ciertamente está un poco lavada, pero (así como ocurre con Argentina 1985) es probablemente gracias a ese mínimo lavado que la serie puede retratar temáticas duras y complejas de un modo que tenga llegada para una audiencia enorme, y enormemente acostumbrada a ignorarlos. Los demás candidatos tienen méritos en sus respectivas áreas: Peaky Blinders me pareció, hasta donde la vi, una serie con bastantes altibajos, pero la quinta temporada también también consigue abordar desde una perspectiva original el falso carisma que alimentó los movimientos fascistas del siglo pasado (no sé como culminará la sexta temporada). Cobra Kai sigue siendo muy divertida y mucho más inteligente y crítica de lo que uno pensaría en primera instancia. Y Midnight Mass es una clase maestra de narrativa y puesta en escena, con una estética y una vuelta de tuerca para contar una historia que (hasta que apareció Andor) le tenía asegurado el cráneo volador. Cabe destacar que este año también salieron las esperadas series de Rings of Power y House of Dragon, pero me temo que se ganan una mención solo por su pedigree. Si bien disfruté ambas, nunca me resultaron particularmente atrapantes o cruciales. Así que, mientras esperamos futuras temporadas, cerramos esta sección coronando el trifecto antifa del 2022. 




EVENTO DEL AÑO 
Candidatos: primeras remadas, escapadas a Tigre, clases presenciales, Nerdfest 2022 - Berretapocalipse Edition HD,  Nerdfest EXTRA - RoscaFest Edition, marcha del 3-S, ¡argentina campeón! y mil cosas más...

Ganador: ¡Argentina Campeón!

Como decía en el preámbulo, este año tuvo mil eventos memorables. Si en todas las demás categorías hay pocos candidatos, en esta paso a vuelo de nazgûl sobre decenas de decenas. Algunos, incluso siendo hermosos recuerdos, se dan en contextos bastantes tristes (como lo fue caminar unos 10 kilómetros, cruzando a pie el Puente Pueyrredon en el proceso, para manifestarse en contra de un intento de magnicidio). En su mayoría, sin embargo, se trata de eventos inmaculadamente bellos: tararear la canción de Piratas del Caribe mientras me animaba a remar en bote por primera vez en mi vida, repetirlo luego entre los intoxicantes verdes y ocres de un atardecer en los arroyos de Tigre, descubrir con emocionante gratitud la edificante tarea de la docencia, competir contra pares e instituciones en una chance generacional para conseguir lo que parecía un trabajo lejano e imposible, ¡obtenerlo y armar el primer Nerdfest EXTRA para celebrarlo! En fin, muchísimas cosas. Lo que destaco, en última instancia, es un evento feliz que quedará en la memoria colectiva de la nación y que, en lo personal, significó un cambio de paradigma en cómo me relaciono con algunos hitos culturales de los que siempre anduve algo alejado. Y no me refiero solamente al hecho de que Argentina haya salida campeona del mundial de futbol después de 36 años, sino a la gesta de experimentarlo con amigos, con tribuna, en casas y en la calle, cantando y saltando en bares. De presenciar y disfrutar de tres festejos distintos en el Obelisco y ver, día a día, como se incrementaba la vitalidad del clamor popular. ¡De ser reconocido en plena fiesta por una ex-alumna, y seguir celebrando entre agradecimientos y cantos! De compartir momentos históricos con gente muy, muy querida. Y de bailar, saltar y cantar por decenas de horas y hasta bien entrada la noche. Una experiencia que, en el fondo, no tiene tanto que ver con el futbol sino con el reconocimiento de las potencias y vitalidades populares, de lo importante de participar y disfrutar de momentos históricos y del regalo de fuertísimas emociones que 26 flacos consiguieron hacerle a (mucho) más de 40 millones de personas. 


[Si miran con atención hay un Nuntius ahí. Es el hechicero ratón con anteojos]


LANZALLAMAS DEL AÑO 
Candidatos: CRSPR Flamethrower [Deeprock Galactic], Bardin's Drakegun [Warhammer: Vermintide 2], Warpfire Flamethrower [Warhammer: Vermintide 2], Breath of Fire [Warhammer: Chaosbane]

Ganador: Warpfire Flamethrower [Warhammer: Vermintide 2]


Entramos ahora a las categorías que quiere la gente. A pesar del poco gaming que hubo este año, cuatro lanzallamas consiguieron destacarse lo suficientemente como para arrogarse la posibilidad de recibir un cráneo volador. El primero es el hechizo Breath of Fire del mago Elontir, en el ARPG Warhammer: Chaosbane. Este hechizo presenta un chorro de fuego liquido que prende fuego a sus rivales, y hasta hace un ruido sospechozamente similar al de un lanzallamas cuando comienza. Sin embargo, e ignorando completamente el hecho de que estamos abusando un poco de las definiciones acá, peca de tener una efectividad.... ¿desconocida? Después de un par de cientos de horas usando, ni Daveron ni yo podíamos decir a ciencia cierta si ese hechizo hacía una cantidad significativa de daño o si simplemente era pirotécnica para el pueblo. Algo parecido pasó con el CRSPR Flamethrower del Deeprock Galactic: buen chorro y buen efecto visual, aunque daño misterioso. Este se pierde el cráneo, sin embargo, por dos razones muy puntuales: una cantidad casi nula de munición y, por sobre todo, ¡que no alumbra! ¡en un juego sobre explorar cavernas infestadas de criaturas, un lanzallamas no alumbra! Realistamente, ninguno de esos candidatos tenía chance alguna contra los contendientes sacados del Warhammer: Vermintide 2. Dos lanzallamas: uno más tradicional, utilizable por el jugador, y uno potenciado por la caótica magia de la piedra bruja, empleado por los Stormfiends enemigos. A pesar de un comienzo rocoso, la Bardin's Drakegun podría haber ganado el título. Su operación es compleja, teniendo que aprender un timing de sobrecalentamiento y disponibilidad que evita que uno aprete el botón y ría como maníaco mientras incinera hordas de ratas antromórficas. Pero, una vez aprendido eso, el arma se muestra como un eficiente medio de control de plagas. Sin embargo, este lanzallamas no hace más que palidecer contra la animalada que es el warpfire flamethrower enemigo. Este no solo parece ignorar esos problemas de timing y calentamiento, sino que además tiene el bono agregado de lanzar por los aires a los rivales mientras los envuelve en una atemorizante flama verde. Una gloriosa hecatombe de fuego radioactivo, locura y muerte. Realmente creo que este es el lanzallamas que los demás modelos sueñan con ser. 




ANTAGONISTA DEL AÑO 
Candidatos: Elfos de Valenzuela, betatesters del Chaosbane, Rasknitt [Warhammer: Vermintide 2], el dragón del Clank!, Bellax the Beholder [Wrath of Ashardalon], Daveron jugando a los "Betrayal at..."

Ganador: Daveron jugando a los "Betrayal at..."


No faltaron rivales memorables este año. Valenzuela me hizo desempolvar mis huestes de hombres lagarto para enfrentar a sus elfos silvanos en una serie de escaramuzas memorables (¡que algún día se transformarán en reportes de batalla!). En la foto puede verse la batalla del puerto de Cuenca Verde, con mi kroxigor luchando contra su hombre-árbol en el centro, pronto a ganarse el nombre de Gork'áax, "quien destroza el bosque". También se puede destacar al más abstracto (pero no por ello menos presente) dragón que custodia los tesoros ocultos en las mazmorras del Clank!, dragón que me cagó prendiendo fuego después de que boquee sobre lo irrelevante que era. También en el plano de los juegos de mesa, Bellax el Beholder (...que en realidad en gauth) derrotó tres parties en tres momentos diferentes, llevándonos a la ruina y la exasperación. Hizo falta convocar la ayuda conjunta de los Nerdicons y sus aliados para poder derrotarlo, en una imposibilidad estadística hermosa, durante el Nerdfest Extra. En el mundo virtual, Rasknitt, el chamán skaven que lidera la hueste del Vermintide 2 se mostró un enemigo desafiante. Hicieron falta varios intentos y un estoicismo digno de un rompehierros enano para poder vencerlo finalmente. Pero sin lugar a dudas, el más memorable, poderoso, maléfico, insidioso y problemático, no fue otro que el líder del Culto de la Larga Noche, ¡Daveron el fulminante! En cada partida de los "Betrayal at [House of the Hill/Baldur's Gate]" encontró la manera rolera de poner al resto de la party en problemas. A veces, siendo él mismo el traidor y llevando al resto de los jugadores a la sumisión con su magistral táctica de tirar bien los dados. En otros, más insidiosos casos, provocando la intencional muerte del traidor ¡para convertirse el mismo en la nueva amenaza! La foto registra el momento de victoria final en el que, rodeado por los cadáveres de mis compañeros, un revés de la suerte me permitió usar un grillete cósmico para enviarlo a otra dimensión... desde la cual planea nuevas formas de irritar a la party. 





PARTIDA DEL AÑO 
Candidatos: Escaramuzas de OnePageRules, Final de la Liga Commander Otoño-Invierno 2022, Eldritch Horror vs Azatoth, Betrayal (de Daveron) at House of the Hill, Mortal Kombat por la presidencia de Puan, Linovsky vs Alienzo [Tetris], el Asedio de Karak Var [Warhammer: Total War], la Batalla de Galbaraz (también conocida como "La Colina Sangrienta") [Warhammer: Total War], la caída de Bellax [Wrath of Ashardalon].

Ganador: Escaramuzas de OnePageRules


Otra cosa que no faltaron durante el año fueron partidas memorables. Algunas se desprenden del galardón anterior, pero cabe enfatizar con una nominación (y foto alegórica) el éxito que fue arrebatarle a Bellax una victoria de las fauces de lo que parecía otra derrota segura. Nuestra incursión al Eldritch Horror nos dió una larguísima partida de como ocho horas contra Azatoth, que terminó en una emocionante victoria gracias al uso cooperativo y estratégico de nuestras habilidades casi casi en el último turno posible. Sobre el desempeño de Daveron en los Betrayal... ya se habló, pero hay que destacar esa primera traición en la que una niña demente se cargó a toda una party con la ayuda de su no-tan-imaginario Charizard. También se pueden destacar todas las partidas que conformaron la Liga 2022 Otoño-Invierno de MTG Commander. En particular, los dos últimos partidos de la liga vieron una lucha encarnizada por puntos que terminó por coronar a Jovak/xxVaderxx con un mericidísimo primer puesto (...¡que va a tener que defender en el 2023!). El Nerdfest volvió a dejar pugnas para el recuerdo, como lo fue el combate a muerte (....o, al menos, el Mortal Kombat) entre Daveron y nuestro Evil Foucault para dirimir quien se quedaría con la presidencia de Puan. También tuvo lugar la sorpresiva performance de "Linovsky" en el Tetris, quien venció a Alienzo por más de un millón de puntos (¡dos veces!) y consiguió con ello reavivar el sueño de la Unión Soviética. Los videojuegos también dejaron algunas partidas memorables, de las que quiero destacar dos batallas en el Warhammer: Total War. En la primrea, Sigri Crimson se ganaría el apodo de "Rompeasiedos" al tomar un ejercito desvencijado y a medio armar y usarlo para atacar velozmente por la espalda a los orcos que asediaban la capital aliada de Barak-Var. Tras aguantar contra fuerzas superiores en número y equipó, su gambito pagó y las fuerzas asediadas de la capital salieron al descampado para destruir a sus enemigos por la espalda. Por otro lado, la Batalla de Galbaraz (o la "Colina Sangrienta", como ya le dicen los historiadores) vió al ejercito del Rey Thorgrim "Custodio de los Agravios" enfrentar a una fuerza tres veces mayor a la suya en número e igual de bien equipada. Tras cuidadosa planificación (...y aprender como carajo funciona la obstrucción de proyectiles en este juego), el rey consiguió vencer a las huestes orcas haciendo uso táctico del terreno y la tozudez enana, aunque a un altísimo coste. Sin embargo, la que seguramente quede como la más significativa de las partidas de este año fue la contienda entre las patrullas del jefe eslizón Lo-Tax y los elfos silvanos de Valenzuela por el dominio de unas ruinas bretonianas en Albión. Esta batalla marcó mi retorno tras una década a los wargames, de la mano de los geniales reglamentos de OnePageRules. La escaramuza (que terminó en una pirrónica victoria lagarta), dió lugar a media docena de partidas adicionales y toda una serie de conflictos que solo prometen nuevas batallas e integrar a más jugadores en este 2023. 

 





JUEGO MÁS BUGGEADO DEL AÑO 
Candidatos: El launcher de Epic Games, Star Wars: Battlefront 2, Warhammer: Chaosbane, Wildlands

Ganador: Warhammer: Chaosbane.... por goleada

Hubo pocos juegos, pero los bugs no faltaron (?). Podemos arrancar por el único que no fue culpa de los diseñadores del juego. A pesar de dejar muy en claro como funcionan las reglas de disparo y línea de visión, en Nerdicons y Asociados creemos en leer los manuales como se nos canta el orto, así que jugamos la primera tanda de partidas del Wildlands leyendo mal las reglas y entorpeciendo considerablemente el disparo. ¿Será casualidad que cuando finalmente jugamos con las reglas como correspondía la (hasta entonces poco útil) banda de disparos ganó con tranquilidad? Por otro lado, el Battlefront 2 nos ofreció la experiencia de una especie de infierno francés, en el que hay guerra constante por toda la galaxia pero es imposible morir o ser matado. Partidas totalmente trabadas en las que nadie podía morir y que duraban (al parecer) días y días. Eso se potenciaba con el hecho de que accedíamos al juego desde otro candidato al galardón, el Launcher de Epic.  Adenpas de poder no mostrar juegos que tenías en la biblioteca, el launcher podía mostrartelos pero sin el botón de "play" (a menos que vayas a la biblioteca desde la tienda, en vez de desde el launcher). Mi favorita igual fue la vez que se rehusó a iniciar del todo, obligándote a reinstalarlo. Lo divertido: el launcher también te borra, no opcionalmente, los cientos de gigas de juegos que tengas instalados con Epic (a pesar de que sean, en sentido estricto, programas independientes). Pero todo esto palidece en comparación con el juego que nos obligó a considerar este galardón en primer lugar. Un juego tan, pero tan merecedor del "no lo testeamos ni un poco" que, siendo un ARPG pensado para jugar en couch co-op, literalmente se rompe si jugás multiplayer con una de las clases. Se trata, naturalmente, del ARPG Warhammer: Chaosbane, que si se juega con el matador enano hace que se bugueen npcs y mobs por igual, haciendo que "vuelen" por encima del plano de los jugadores y no puedan interactuar (ni ser interactuados con... excepto a los tiros). Pero la diverisón no termina ahí: glitchs gráficos de luces, efectos e iluminación consistentes únicamente en su inconsistencia, cursores de mouse que aparecen flotando en la versión para consola, calculos de comparación de equipo que (en un juego sobre juntar loot) están mal todo el tiempo: o bien no se actualizan al cambiar el equipo, o bien se actualizan pero sin considerar todos los bonificadores, o bien no consideran los encantamientos que estás comparando en ese mismo menú. Constantemente había que cerrar, abrir, cambiar de mapa, etc., para cambiar los valores de los menús (y andá a saber en cual confiar...). Y exactamente lo mismo pasaba con las skills. De hecho, las skills están tan, pero tan (no) testeadas, que incluyo (junto a la foto de mobs voladores) un video de la batalla final de la campaña, en la mayor dificultad que el juego nos habilitaba, con todos sus climáticos 43 segundos de duración. Una verdadera joya del diseño contemporáneo de videojuegos. 

 



BOARDGAME DEL AÑO
Candidatos: Wildlands, Clank!, D&D: Wrath of Ashardalon, Lords of Waterdeep, Splendor 

Ganador: Lords of Waterdeep


Otra nueva categoría que se estrena este año y que es, yo diría que en su totalidad, producto de la generosidad y empeño del Maestro Peketron. Gracias a su fuerte incursión al mundo de los juegos de mesa, el Maestro Peketron nos mostró las bondades y vericuetos de más de una docena de juegos a lo largo del año, y contagió a varios Nerdicons y Asociados a conseguirse un par de boardgames por su cuenta. Cada uno de los candidatos tiene algo que lo destaca y que, personalmente, me dan ganas de volver a jugarlos una y otra vez. El Wildands es una especie de "Mordheim-lite", que te permite tener un wargame de escaramuzas sin todo el bardo que implica armar un wargame de escaramuzas. Lo único que puede resultar un poco frustrante de este juego es que, pasada una docena de partidas, sigue pareciendo muy dificil entablar combate con otros jugadores (quienes suelen poder bloquear los ataques con más fácilidad que hacerlos). Sin embargo, esto también hace que el juego sea muy táctico y variado, y que uno siempre esté atento al coste-beneficio y a las jugadas enemigas (...¡y las miniaturas son preciosas!). El Clank! también presenta una combinación de mecánicas que te hacen estar analizando el coste-beneficio constantemente y una construcción de mazos que le da mucha rejugabilidad para probar cosas nuevas. Además, resulta facilísimo de jugar... ¡y te estás metiendo en un dungeon! Como en el Ashardalon, que resultó ser sorprendentemente más frenético y "dificil" (en el buen sentido) de lo que esperaba: vine por las minis baratas y para tirar dados sin pensar en mucho, y me quedé por las gotas de sudor frio mientras robo cartas de evento en la habitación del boss final. El Splendor, por su parte, sigue siendo el juego que tiro como propuesta cada vez que no sabemos que jugar. Sencillo, rejugable, adictivo, relativamente rápido. Tres propiedades que cada vez aprecio más en casi todo lo que hago. Pero el que se lleva el premio es, creo, el que mejor combina cada uno de los fuertes de los juegos anteriores: Lords of Waterdeep juega alrededor de una mecánica super sencilla de entender, por dificilísima de masterear. Constantemente estás pensando tácticamente en base a lo que hacen los demás jugadores, y viendo como bloquear (o reformular) tus planes. La estética de las piezas de juego es hermosa y reminicente de los lugares comunes de Dungeons & Dragons, mientras que el estilo de juego asegura que nadie sepa con exactitud quien va ganando hasta el final del partido. Rejugable, sencillo, adictivo, táctico, bello, simple y relativamente corto (...ponele), compartió con los otros candidatos el orgullo de ser rejugado un montón de veces durante el año. Pero, si no me equivoco, es el único con el honor de haber sido transportado por el Maestro Celleri lejos de sus tierras, a los cien barrios del conurbano, prueba innegable de su posición privilegiada entre los Nerdicons y Asociados



 






VIDEOJUEGO DEL AÑO
Candidatos: Warhammer: Vermintide (1 y 2), Warhammer: Chaosbane, Warhammer: Total War, Transistor, Uncharted 4 - A Thiefs End, Star Wars: Squadrons.

Ganador: Uncharted 4 - A Thiefs End


Y, finalmente, el premio principal de la noche, el cráneo volador que toda latinoamérica unida estaba esperando, ¿cuál ha sido el videojuego del 2022? El (video)gaming no se vió muy beneficiado este año,  y es necesario destacar de entrada que ninguno de los candidatos se destaca como un clarísimo ganador. Sin embargo, cada uno de estos juegos presentaron experiencias memorables que merecen ser destacadas. Transistor es el segundo juego de SuperGiant Games que tengo el placer de experimentar, y marca una clara mejora con respecto a su entrega original (Bastion). En particular, las mecánicas del juego me parecieron realmente divertidas y me encontré buscando peleas opcionales simplemente por lo ameno que era jugar a romper el juego. Además, Transistor tiene el orgullo de ser el primer juego en mucho tiempo que me sacó un literal, no sarcástico, explícitamente bocalizado "ahhh!" en su revelación de la batalla final (un *gasp* que se debió, nuevamente a su favor, a una cuestión tanto argumental como mecánica). Demás está decir que el arte del juego es increíble (sumándole a Darren Knob la candidatura a "Banda del Año"). Pero, como hasta ahora me viene pasando con SuperGiant, el juego termina teniendo sabor a poco y muchos aspectos (de su narrativa, de su estética, de sus mecánicas) no parecen exploradas tan a fondo cómo podrían, dejándome un (más pequeño, pero notable) sabor "performativo" en boca. Los Vermintide (que agrupo porque son básicamente el mismo juego) fueron una deuda pendiente que tenía hacia mucho tiempo y presentan otra gloriosamente cuidada (aunque muy, muy diferente) representación estética de un mundo de fantasía. Su rival principal, Rasknitt, se ganó una candidatura en otro galardón y estoy seguro de que estos juegos se integraran en una rotación casi permanente de "cosas para pavear". Sin embargo, no llega al Nuntius del Oro por acarrear ciertos problemas del género: misiones que, incluso siendo más cortas que las del Left 4 Dead, pueden transformarse fácilmente en ejercicios de empeño y resistencia a la atrición, repitición de mecánicas con relativamente poca variedad y (algo particular de este juego) un sistema de loot que le da rejugabilidad pero al coste de tomar un par de elementos de más de mecánicas poco felices como las loot boxes. El Star Wars: Squadrons fue un juego peculiar. Todavía tengo bellos recuerdos de jugar al X-Wing vs TIE Fighter original, ¡incluso llegando a hacer una de mis primeras lan-partys para coordinar ataques a bases imperiales! El Squadrons prometía recuperar algo de esa emoción, con gráficos actualizados y todo. Pero lo primero que encontré fue un problema adaptandome al nivel de dificultad: o era demasiado baja, al punto de hacer al juego monótono y aburrido, o era demasiado alta, al punto de hacerlo (para mi, al menos) literalmente imposible. Me debe haber tomado una docena de niveles (y dejarlo tirado y retomarlo varias veces) conseguir el nivel de dificultad que me daba lo que quería: la fantasía de ser un ace espacial durante una hora después de cenar. Una vez conseguido eso, ¡que lindos que resultaron los escenarios! ¡los conflictos! ¡los videos con maniobras imposibles y cazas reventando por los aires! Una experiencia con altibajos, pero que ya estoy atesorando con afecto. Por su parte, el Warhammer: Total War probablemente sea el candidato más fuerte a este cráneo volador. Sin embargo, su mención aquí es prácticamente honorífica: con 25 horas cargadas, no creo estar ni remotamente cerca de terminar la primera campaña que comencé a jugar. Siendo el tipo de juego que es, esto significa que todavía no experimenté ni vi lo suficiente para decir que "jugué" el juego (¡y así y todo ya dejó dos batallas candidateadas a "partida del año"!). Un contendiente que, ¿tal vez con sus secuelas? ya amenaza con hacerse del cráneo volador el año entrante. Finalmente, el Warhammer: Chaosbane ganaría sin lugar a dudas el galardón por "cantidad de horas jugadas" este año. Sin embargo, el comite de evaluadores externos de los Nuntius de Oro señaló que (y cito) "¡el juego más buggeado del año no puede ser el mejor juego del año!". Si bien esta línea de razonamiento me resulta altamente cuestionable, es cierto que el juego fue más una excusa para juntarse y matar tiempo que una experiencia tremendamente emocionante o significativa en sí misma. A diferencia de lo que ocurre con el real ganador de este cráneo volador, no creo que le recomendaría a nadie jugar el Chaosbane por encima de cualquier otro juego del mismo género... incluso admitiendo que, por razones que solo conocen los Dioses del Caos, disfruté mi tiempo jugándolo este año. Esto nos deja, casi que por una victoria estrictamente técnica, al verdadero ganador del Nuntius de Oro a Videojuego del Año 2022: el Uncarted 4 - A Thiefs End. Este juego, básicamente, hace todo bien. No creo que innove demasiado con respecto a sus antecesores, pero refina lo que (de por si) era una excelente fórmula. Más aún, tiene un subtexto sorprendentemente maduro sobre qué significa "crecer" y cómo vivir una vida significativa ante el ocaso de la omnipotente juventud. Además de ser visualmente increíble, mecánicamente divertídisimo, estéticamente genial, tener personajes muy queribles y una trama que genuinamente me hizo preocuparme por su bienestar, el Uncharted 4 tiene el mérito de haber sido el único juego que me sacó una lagrimita con su final y que me dejó pensando un rato largo sobre cómo encarar los años que vendrán. 

 


 



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Ufff.... estas cosas cada vez son más largas. Supongo que porque cada vez hay más cosas que celebrar ^_^ . El micro-resumen del 2022 parece ser: renovación, antifacismo y warhammer. ¡Creo que eso es suficiente para encarar con entusiasmo este nuevo 2023! Ojalá este año traiga nuevas victorias sobre viejos desafíos, un empacho de afectos, y mucho, mucho nerdeo del bien.







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