Nuntius de Oro 2023

 

¡Otro año que se aproxima a su cierre! Como la tradición lo demanda, llega la hora de arrogarme la totalidad de los poderes y repartir cráneos voladores por decreto a los principales hitos nerdos de este año. Con oscuros portentos por delante, es hora de celebrar las cositas lindas que hacen que todo lo demás sea llevadero y hacer un breve balance de este año que promete ser bisagra.


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Si el 2022 marcó el final de la pandemia y el inicio de nuevas formas y rutinas laborales, este 2023 concluye siendo un año de sinceramientos, construcción de nuevas dinámicas y espacios, y paulatino repliegue de aquellos espacios que no venían funcionando. Por un lado, esto significo el aventurarse a nuevas experiencias: nuevos viajes, nuevos retos, nuevos trabajos, nuevos vínculos y nuevas formas de relacionarse con pasiones aletargadas. Por otro lado, implicó una serie de duelos, tanto a nivel profesional como personal, por aquellos intentos cuyo florecimiento ya se anunciaba más próximo a la testarudez que la buenaventura. En criollo, todo esto quiere decir que el 2023 fue un año de cambios y de decisiones, cuyos efectos probablemente no se vean hasta pasado cierto tiempo. Pero en la medida en que (errados o no) tales cambios y decisiones se han hecho de la forma más auténtica y sincera que he podido conjurar, el balance del año es, al menos a nivel personal, ante todo positivo. En un preocupantísimo contexto local que no hace más que concretar los terrores que ya se anticipaban en el último de estos galardones, y con un inédito nivel de incertidumbre en el plano laboral, existencial y emocional, el año entrante augura ser simultáneamente un campo de batallas y oportunidades. Y, en esa dualidad, elijo encararlo con el cauto entusiasmo de quien abandona viejas trabas y reanuda los pactos con una vida que todavía ofrece. El gran objetivo para el 2024 será hacer más, más de lo me sinceramente me haga bien, y hacerlo conectando con la idea de que (incluso entre las penumbras acechantes) hay aún más felicidad ahí afuera. Felicidad en los espacios elegidos, en los bailes, en las historias, en los azares, en las labores, en las resistencias al odio y en el calor de los afectos. Después todo, "lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado". Y hoy decido celebrar un poco de ingenua belleza en los prolegómenos del apocalipsis. 

Los galardones y candidatos de este año son...

  • LECTURA DEL AÑO: El Gato del Rabino Vol. 2 [Joan Sfar], el Silmarillion [J.R.R. Tolkien], bocha de papers...
  • MINIATURA DEL AÑO: Enjambre de Serpientes, Caballero Gélido, Jefe Orco, Caballero Bretoniano
  • PELICULA DEL AÑO: Everything Everywhere All at Once, All quiet on the Western Front, Puan, Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves, The Worst Person in the World
  • SERIE DEL AÑO: The Boys, Ted Lasso, The Office (US, primeras temporadas), The Last of Us
  • EVENTO DEL AÑO: Festival Futurock, Nerdfest 2023, "Puan en Puan", Finde en No-Pinamar, Viaje a Bariloche
  • LANZALLAMAS DEL AÑO: Flamethrower [The Last of Us: Remastared], Irondrakes [Warhammer: Total War],  Bardin's Drakegun [Warhammer: Vermintide 2]
  • ANTAGONISTA DEL AÑO: Morak [Gauntlet: Slayer Edition], Aegar, The Freezing Flame [Magic, The Gathering], Harald the Man Slayer [Warhammer: Total War], Lilith [Diablo 4], Nurgloth the Eternal [Warhammer: Vermintide 2], Archibald [Heroes of Might and Magic 2]
  • PARTIDA DEL AÑO: MegaPartida One Page Rules, TMNT: Shredders Revenge, Camabalache - Buenos Aires [Left 4 Dead 2], Tower of Treachery [Warhammer: Vermintide 2]
  • JUEGO MÁS BUGGEADO DEL AÑO: The Last of Us: Remastered, Gauntlet Slayer Edition, Diablo IV,  Heroes of Might and Magic 2, Warhammer: Total War.
  • BOARDGAME DEL AÑO: Istanbul, Arnak, Olvir, Tyrants of the Underdark
  • VIDEOJUEGO DEL AÑO: Warhammer Total War [PC], The Last of Us:Remastered [Ps4], Gauntlet: Slayer Edition [Ps4], Vermintide 2 [PC], Diablo 4 [PC], Quake: Enhanced [PC], Heroes of Might and Magic 2 [PC]

Un galardón que este año quedó vacante fue el de Banda del Año, más que nada porque (con el mencionado foco en el trabajo), casi todo lo que estuve escuchando fue música ya conocida y "de fondo". En particular, la Final Fantasy Guitar Collection de Uematsu y Oeth, junto con un par de temas en loop del FFVII Remake llevaron a esta simpática estadística de Spotify. Siendo que los temas de Uematsu básicamente son la banda sonora de mi vida desde hace más de 20 años, supongo que podemos reservar el cráneo volador para los descubrimientos que lleguen el año entrante.


LECTURA DEL AÑO 
Candidatos: El Gato del Rabino Vol. 2 [Joan Sfar], el Silmarillion [J.R.R. Tolkien], bocha de papers...

Ganador: el Silmarillion [J.R.R. Tolkien]


Una vez más fallo en cumplir la promesa de habituarme más a leer "por placer", una práctica que sin lugar dudas intentaré cultivar (...otra vez) el año entrante. La enorme mayoría de las lecturas de este año estuvieron ligadas al dictado de nuevas materias en la universidad, así como a la participación en diferentes grupos de investigación. Algo simpático de esto es que puedo volver sobre bocha de textos iniciáticos (en filosofía analítica y filosofía de la mente), así como tener finalmente mis primeros acercamientos a temas que quería estudiar hace rato (en bio-ética y teoría de la identidad personal). Entrando a lo más divertido, Sfar sigue sin defraudar y El Gato del Rabino Vol. 2 ofreció una historia mucha más tierna y amorosa que el volumen anterior, con un desarrollo bastante humano de personajes y un lindo palo al colonialismo de Tin Tin. Sin embargo, es obvio que el cráneo volador debe ir a la obra inaugural de la fantasía y creación de mundos como la conocemos, el f***ing Silmarillion de J.R.R Tolkien. Con un esfuerzo titánico (comparable con el que debe haber tomado escribir este bodoque) este año pude concluir un proceso que iniciase hace como 25 años, cuando un completo extraño me viese leyendo el Hobbit en un parque y me explicase que después debía leer El Señor de los Anillos y "más adelante" el Silmarillion. Y, si bien las primeras doscientas páginas del libro pueden ser bastante densas, la prosa se va volviendo más llevadera a medida que el texto va adquiriendo una estructura narrativa más clara, con protagonistas y acontecimientos claros. El texto comprende cuatro "historias" distintas: la creación de la Tierra Media, la Historia de los Silmarils (que da nombre al libro), la Caída de Númenor, y los Anillos de Poder. Además del bestial nivel de detalle de todo, resultó particularmente interesante como los relatos van cambiando de tono, combinando lo alegórico (e.g. Melkor siendo terremotos, volcanes y tormentas) con lo más concreto a medida que avanza la historia (e.g. la codicia de Pharazón y el debacle autoritario de las grandes civilizaciones). También me encanta como, en todo Tolkien, la apreciación por lo bello y lo simple tiene un rol fundacional: el mundo es creado por una canción, y muchos de los más grandes (y peores) acontecimientos del mundo ocurren porque tres joyas son bellas. Fin. Por último, también pueden destacarse los paralelos directos con mitos e historias de nuestro mundo... así como mi nueva explicación favorita del lucero vespertino/matutino.


MINIATURA DEL AÑO 
Candidatos: Enjambre de Serpientes, Caballero Gélido, Jefe Orco, Caballero Bretoniano

Ganador: Caballero Gélido



Este año dediqué unas humildes 97hs al "hobbie" (sin contar las horas dedicadas a partidas). En ese lapso, pinté unas 50 miniaturas (entre infantería y caballería), más de 13 estructuras impresas en 3D, armé y pinté más de una docena de piezas de escenografía de telgopor y confeccioné como 100 tokens de cartón para partidas de OnePageRules. Buena parte de este "trabajo" se concentró en un frenético mes de marzo que sirvió como antesala a la Mega Partida de OnePageRules de 6 jugadores del Nerdfest 2023. La gran enseñanza de todo este proceso es que pintar está bárbaro, y está barbaro en sus diferentes formas: pintar rápido para tener una masa de miniaturas listas en el campo de batalla, pintar lento para relajarse y ver qué tan lindo podés hacer que quede hasta la piedrita más chiquita de la miniatura. Y, bueno, que sacar fotos a miniaturas es imposible. Al final del año, cuatro miniaturas destacan entre las que me gustaron y representan diferentes momentos de esto: el Enjambre de Serpientes se ve actualmente colorido y vibrante, pero surgió como mi primer intento de hacer "slapchop" (una técnica de pintura rápida. El contraste con como estaba y como está verse acá). Eso llevó a hacer mejores speed-paints en los siguientes dos candidatos: el Jefe Orco y el Caballero Bretoniano. De este último, me encanta haber podido conseguir toda una fuerza cohesiva a partir de uno de los colores que menos uso, menos "me gustan", y más difíciles de pintar son: el amarillo. Esto arranco como una especie de desafío autoimpuesto, para salir de mi zona de confort de verdes y azules. La foto de celular con mala luz obviamente no le hace justicia, pero el resultado es un amarillo bien vibrante pero mayormente limpio, muy en línea con la onda "Warcraft 2" que estaba buscando. ¡Me parece que quedó muy bien para las mas o menos 3hs que le dediqué! Algo similar pasa con el jefe orco y con otro color bastante difícil de pintar como puede ser el rojo. Esta miniatura tomó unos 70 minutos en pintarse, es básicamente un speed-paint con onda y, en particular, me encanta como quedó el degradé a oscuro en la ropa y en el escudo. Un solo color bien vibrante, como el rojo (y un par "tuffs" en la peana) pueden hacer glorias para levantar una mini. Pero mi miniatura favorita fue, de hecho, la primera que pinté en el año, y que continúa con un lento proyecto de terminar de pintar el ejercito de hombres lagarto al máximo estandar realista de pintura que pueda ir consiguiendo. En particular, esta copia tiene bastante fallas de forja en un lado, por lo que muchas de las escamas y detalle de la cara del gélido están  hechas a mano sobre una superficie lisa. Al margen de eso, me encanta como quedaron las escamas y el degradé hacia la panza del dino... y menos mal, porque el tiempo total de pintura de esta fueron unas placenteras 7:30hs.



PELÍCULA DEL AÑO 
Candidatos: Everything Everywhere All at Once, All quiet on the Western Front, Puan, Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves, The Worst Person in the World

Ganador: Everything, Everywhere, All at Once

 



No estoy demasiado seguro, pero creo que este año vi unas 10 películas con toda la furia. La primera película en resultarme interesante fue la remake del clásico All Quiet on the Western Front, a la que llegué por un videoensayo sobre películas anti-guerra. La estética me pareció muy bien lograda y el mensaje está adecuadamente transmitido. Teniendo lo que (imagino) es una fracción del presupuesto de producción, destacó por sobre el bodrio cósmico que fue la (eminentemente ausente del galardón) Napoleón, incluso pudiendo interpretarse ambas como piezas históricas que giran alrededor de las crueldades de la guerra...o algo (el pibe quería pegarle a Napoleón noma'). A diferentes niveles, tanto Puan como Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves, destacan automáticamente por tocar betas muy personalísimas de mi historia personal (y por las condiciones particulares en las que vi ambas). Sin embargo, al final del día ambas películas me parecieron más "simpáticas" que memorables. The Worst Person in the World es una película a la que vuelvo con el pensamiento todo el tiempo (razón por la que está acá), pero que creo no haber terminado de saber apreciar. En principio, su protagonista, la interpretación de su título y la crítica al millenialismo ya bastan para merecer un galardón... pero la película que, oh sorpresa, se lleva algo incluso más importante que los Oscars es Everything, Everywhere, All at Once. Todo en esta película está bien. Es realmente graciosa y divertida, las actuaciones son impecables, la edición no tiene sentido de lo buena que es, la trama es interesante y (mucho, mucho más importante) el mensaje anti-nihilista que hay en el subtexto es una de las líneas más sinceras, simples y necesarias que he escuchado en estos tiempos oscuros. Una peli que, aparentando a todas luces ser una boludez astronómica, probablemente sea de lo más inteligente que vi en mucho tiempo.


SERIE DEL AÑO 
Candidatos: The Boys (temporadas 1 y 2), Ted Lasso, The Office (US, primeras temporadas), The Last of Us

Ganador: Ted Lasso

Conseguí engancharme con cuatro series este año. The Boys se suma a la creciente listas de "cosas de superhéroes" que, en realidad, no son sobre superhéroes. La representación de la lógica corporativista y la sociedad de consumo en el capitalismo tardío está simpática, así como la psicología de varios de los personajes. Hablando de psicología, The Last of Us me pareció una muy buena adaptación (con cambios, obvio, pero aceptables) de un muy buen videojuego. Sorprendentemente, la serie estaba un poco "bajada de tono" respecto al juego, y aún así consiguió transmitir buena parte de los tópicos y líneas del juego... y se veía muy, muy bien. También en la línea distópica, aunque con varios años de precedencia, las primeras temporadas de The Office estuvieron "divertidas"...y pueden haber terminado de detonar alguna crisis emocional y propulsar varios de los cambios y decisiones que se tomaron este año. Dicho eso, la serie me desenganchó a medida que se fue alejando de sus raíces nihilistas para volverse otra comedia de situación sobre el desarrollo emocional de los personajes (no que esté mal, pero simplemente no era lo que estaba buscando ahí). Pero la serie que destacó por encima de las demás, y la única que seguramente le recomendaría (y le he, de hecho, recomendado) a todo el mundo que vea es Ted Lasso. Otra serie bastante más "inteligente" de lo que puede aparentar con su premisa original (i.e. Ned Flanders es un coach de 'futbol' americano que es contratado para dirigir un equipo decadente de futbol inglés), la serie trata sobre problemas psicológicos bastante reales desde una óptica tal vez algo optimista, pero militante en ese optimismo. Si los Nuntius de Oro del año pasado tuvieron un tríptico antifacista, la bizarra combinación de Tolkien, Everything... y Ted Lasso, podrían ser un nuevo tríptico sobre enfrentar las fuerzas de la decadencia, la oscuridad y la locura, con el poder del afecto, la fraternidad y la belleza de lo simple. 


EVENTO DEL AÑO 
Candidatos: Festival Futurock, Nerdfest 2023, "Puan en Puan", Finde en No-Pinamar, Viaje a Bariloche

Ganador: Viaje a Bariloche

La cotidianeidad del 2023 estuvo bastante llena de eventos y eventitos, a diferentes niveles. Por ejemplo, volvieron los congresos, y con ellos algún viaje a provincias del país que no había conocido hasta entonces. Y, como mencionaba al principio, también dicté nuevas clases y participé de nuevos eventos académicos frente a auditorios llenos. Pero el más importante de esos auditorios sin lugar a dudas fue el viejo estacionamiento de Puan, donde puede asistir al esperadísimo estreno de Puan...en Puan. Con un cambio de lugar a último momento porque el Gobierno de la Ciudad revocó un permiso, un proyector que no andaba y tuvo que ser reemplazado, patys que tardaron horas en aparecer y compartiendo entre tres personas las dos sillitas que se balanceaban sobre una rejilla, todo fue mística puaner cuando se aplaudió a la primera paloma de la película. ¡También hubo recitales! El Festival Futurock fue una excelente excusa para volver a Tecnópolis y escuchar en vivo algunas de las bandas reconocidas del momento (principalmente, El mató...) acompañado por dinosaurios, amigues y afectos. El 2023 también fue un año de transformaciones en el plano emocional y afectivo, que eventualmente me llevaron a aventurarme a un hermoso fin de semana con nuevos afectos en algún lugar de la costa que, me informan, no fue Pinamar. Pero el viaje aventurero que se gana el Cráneo Volador tiene que ser mi tan retrasado viaje de egresados (?) a la estepa, lo inhóspito, lo inhabitado, de Bariloche. Montañismo sin vendas, vertigo for-export, recitales intempestivos de Billordo, satélites estelares, diluvios senderistas, kayaks socialistas, descanzadas darwineanas, duchas y birras reparadoras, y los mejores putos paisajes que vi en mi vida. Mi eterno agradecimiento a Alienzo por la compañía, el afecto y el aguante... ¡y por las aventuras que sin lugar a dudas vendrán!




LANZALLAMAS DEL AÑO 
Candidatos: Flamethrower [The Last of Us: Remastared], Irondrakes [Warhammer: Total War],  Bardin's Drakegun [Warhammer: Vermintide 2]

Ganador: Irondrakes [Warhammer: Total War]


Bueno, bueno, bueno... entrando lentamente en los galardones mayores (porque claramente "Lanzallamas del Año" es más importante que "Evento del Año"), esta vez contamos con tres candidatos para el Cráneo Volador. El primero de los candidatos, el Flamethrower del Last of Us fue una sorpresa agradable. Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando me lo crucé fue "¿cómo va a ir a parar un lanzallamas al campus de una universidad yankie en pleno post-apocalipsis?", pero lo segundo que pensé fue "ah, este arma es una poronga...". Sin embargo, por tozudez y/o upgrades, el Flamethrower terminó siendo unas de las principales armas que usé para pasar las últimas secciones del juego. Originalmente me pareció "realista", en el peor sentido del término. Pero resultó siendo útil y bievenido para matar múltiples veces (...más sobre esto más adelante) las últimas hordas de infectados. Sin embargo, si de matar hordas se trata, la Bardin's Drakegun del Vermintide 2 sigue siendo un candidato casi sin parangón. ¡Tanto así que se presenta como el primer candidato recurrente en cualquier categoría de estos prestigiosos galardones! Su poder de fuego es envidiable, y nada supera el olor de Skaven ardiendo en la mañana. Realmente, el lanzallamas del Vermintide 2 debe estar cabeza-a-cabeza con otros grandes hítos, como el Heavy Flamer del Deathwing (ver Nuntius de Oro 2020). ¿Cómo podría ser superado, entonces? Bueno, porque si una Drakegun es buena....una unidad entera de enanos con lanzallamas es obviamente mejor. Especialmente porque algo raro le pusieron a la nafta, y el rango que tienen los Irondrakes del Warhammer: Total War totalmente absurdo. Ideal para derretir unidades enteras de infantería pesada, chamuscar las almenas de murallas enemigas o, mejor aún, derribar puertas a base de magma líquido, ver a los Irondrakes disparar justifica el riesgo estúpido de romper la formación de yunke para ponerlos en posición.



ANTAGONISTA DEL AÑO 
Candidatos: Morak [Gauntlet: Slayer Edition], Aegar, The Freezing Flame [Magic, The Gathering], Harald the Man Slayer [Warhammer: Total War], Lilith [Diablo 4], Nurgloth the Eternal [Warhammer: Vermintide 2], Archibald [Heroes of Might and Magic 2]

Ganador: Lilith [Diablo IV]

 

   

Es bastante obvio quien se ganó, en los últimos días del año, el título de verdadero antagonista. Pero como la idea de los Nuntius de Oro es celebrar lo divertido y bello, disfrutemos en destacar que no faltaron rivales memorables en mis andanzas alienantes. Una primera sorpresa en este campo fue Archibald, el "not-so-good" hijo de Lord Ironfist que intentase saltearse la línea de sucesión real para hacerse con la corona de Enroth. La verdad que, al menos desde la campaña de Roland, Archibald no recibe prácticamente ningún desarrollo...y, sin embargo, no puedo evitar pensar que la sencilla premisa del juego lo hace bastante memorable (o tal vez sean los tonos cómicos que figuran aquí y allá, o la conexión que siento por haber pasado el HoMM1 hace muchos, muchos años). Una segunda sorpresa fue Morak, el guía y enemigo final del Gauntlet. Durante todo el año, estaba convencido de que otros enemigos del Gauntlet, como "La Muerte" insoportable o el dúo de arañas gigantes que nos trabó por horas se llevarían (cuanto menos) la candidatura. Y, sin embargo, Morak llegó a ultimo momento para demostrarnos que todo bien con el método-Avellaneda, pero la final iba a ser impasable y todos íbamos a tener que reducir la dificultad y fingir demencia para pasarlo de puro orto (como puede verse en este momento). En la misma línea, Nurgloth el Eterno está haciendo honor a su nombre, porque continúa absolutamente invicto por los Nerdicons y Asociados. Muy a pesar de múltiples intentos, confusas tácticas con explosivos, y la ayuda de múltiples aliados ignotos, el castillo Drachenfels sigue eludiendo mi conquista (¡ahora en dos Vermintides diferentes!). Otro gran campeón del Caos que, aunque finalmente derrotado, supo traer el horror a las Karaz-Ankor fue Harald, el mata-hombres, en el Warhammer: Total War. Uno esperaría que acá figure Archaon, el elegido del Caos.... pero la verdad que Archaon fue (en palabras de un sabio) "medio nabo", apareciendo demasiado tarde en la campaña y siendo rápidamente despachado por Throgrim y sus Irondrakes. En cambio, su primer heraldo supo aparecer de la nada, atravesar los picos otrora seguros, devastar ciudadelas aliadas y propias, y hasta llegar a asediar la mismisma capital de Karaz-a-Karak. Esto obligó a desviar expediciones y sumar las fuerzas de Byrnoth el Mata Orcos y Sindri el Rompe Asedios para detenerlo en una victoria pirrónica
Y así y todo, hubo un enemigo aún mayor, aún más peligroso y desafiante, considerablemente más molesto y posiblemente roto: Aegar, la Flama Pechofría, comandante de ¿quién sino? DAVERON EL ROJO. Con cerca de un 80% de winrate en la Liga Irregular de Commander 2023, Daveron consiguió lo imposible al armar un mazo capaz de controlar, a puro daño directo, una mesa de cuatro jugadores. Más aún, consiguió hacerlo de una forma bastante "rolera", respetando el estilo de mazo (y de mago) que le ha gustado desde siempre. Algo realmente admirable, si no fuese porque está totalmente fuera de control, no me deja bajar bichitos y debe ser expulsado inmediatamente de toda mesa en la que yo participe. Y, a pesar de todas estas anécdotas, victorias, broncas y derrotas, hay una clara ganadora que obtuvo el Cráneo Volador por amplia diferencia sobre sus competidores. Lilith es, por lejos, el mejor antagonista que ha habitado la franquicia de Diablo y la batalla más emocionante de todo el juego. A lo largo de la historia, e incluso después de haberla derrotado, el jugador no puede evitar preguntarse si la Madre de Santuario no es, en última instancia, quien tiene razón en este conflicto. O, cuanto menos, la mejor posibilidad de supervivencia que tienen los condenados humanos cautivos en el Conflicto Eterno. Una villana problemática, interesante, con un séquito de secuaces con motivaciones que a menudo parecen mejores que la de los falibles y decadentes héroes que los enfrentan. 



PARTIDA DEL AÑO 
Candidatos: MegaPartida One Page Rules, TMNT: Shredders Revenge, Camabalache - Buenos Aires [Left 4 Dead 2], Tower of Treachery [Warhammer: Vermintide 2]

Ganador: Cambalache - Buenos Aires [Left 4 Dead 2]

 

  

Este año también ofreció algunas partidas muy memorables en diversos frentes. Para comenzar, la Trechearous Adventure del Vermintide 2 ofreció una historia un poco antiética a la derrota contra Nurgloth: una serie de misiones que, a pesar de parecer imposibles de pasar, pudieron ser superadas con astucia, toduzdes, walktrhoughts y la oportuna aparición del más poderoso de los paladines: Hacha. Bueno, GuidoLol también hizo su parte (y cualquier cosa que mencione a Lustria va a ganarse un par de puntos en mi despótico galardón). En la misma línea de "amigues contra el mundo", TMNT: Shredders Revenge ofreció una linda sesión de nostalgia y botoneo para los Nerdicons - Linea Fundadora. El juego es sencillo y divertido, y no dura ni más ni menos de lo que debería. Pero si de juntar Nerdicons  para jugar cosas se trata, la absurdamente grande MegaPartida de One Page Rules se lleva el premio. Este partido introductorio de a seis jugadores ocupó unas cinco horas del Nerdfest 2023 hasta que dicidimos cortarla, y dió aún otra memorable victoria al Peketron. Una enorme batalla en múltiples frentes que... bueno, no creo repetir así de caóticamente pero que sin duda voy a recordar por un largo rato. Dicho eso, la partida que inmediatamente se volvió un clásico fue el mapa Cambalache, para el Left 4 Dead 2. No sé que criatura del señor armó este mapa in-cre-í-ble, que te tiene yendo desde el conurbano profundo hasta la reserva ecológica para rajar de un holocausto zombie 100% argento. Cientos de texturas están modificadas para ser más locales, todos los lugares son inmediatamente reconocibles y están lleno de cositas y referencias que nos hicieron vitoriar, flashearla y cagarnos de risa en cada momento. Y tomar mate te cura HP, ¿qué más querés?





JUEGO MÁS BUGGEADO DEL AÑO 
Candidatos: The Last of Us: Remastered, Gauntlet Slayer Edition, Diablo IV,  Heroes of Might and Magic 2, Warhammer: Total War.

Ganador: The Last of Us: Remastered

Bueno, en realidad hay un único campeón indiscutido de esta categoría, así que voy a pasar rápido por los otros (considerablemente menores) ofensores. Ciertos arqueros probablemente discutirían que el Gauntlet Slayer Edition merezca estar acá, argumentando que si conseguimos pasar una habitación en la que nos trabamos por horas fue gracias a la sigilosa destreza de un elfo y no debido a que una combinación muy específica de movimientos no parecía activar los enemigos de la zona. De todos modos, fue rolero, así que está perfecto. Bastante perfecto estuvo, para mi enorme sorpresa, el lanzamiento del Diablo IV. Ciertamente hubo algunos bugs gráficos aquí y allá, desconexiones molestas, quests que no se actualizaban bien, y algún que otro hipo en el dungeon final... pero fueron, hasta donde puedo recordar, eso: molestias menores que solían arreglarse con salir y entrar de la zona, o con cambiarse el equipo. Otras (como problemas de timers) parecían estar directamente relacionadas a la naturaleza on-line del juego...e incluso si implicaron cagarme algún que otro cofre, siguen sin ser nada de vida o muerte. Algo parecido pasó con el Warhammer: Total War: ciertas texturas se bugueaban en los héroes y la música un día dejó de querer funcionar. Pero todo se solucinó corriendo una versión alternativa del juego...asi que, todo bien (?). Un poco diferente fue la situación con el bono "Carry over forces" de la campaña del HoMM2. Este bono hace que comiences el último nivel con las tropas que sobrevivan en el antepenúltimo nivel. Inmediatamente al leer esto pensé "'pero, ¿cómo sabe?". En el HoMM2 hay múltiples héroes con múltiples ejercitos, y simplemente no es factible juntar todas las combinaciones posibles en un solo "lugar" (i.e. heroe). Pero claro, el antepenúltimo nivel concluye con una batalla en un castillo particular...seguramente serían las tropas que sobrevivan esa batalla, ¿no? Nop. Al parece se puede buggear y agarrar las tropas de cualquier héroe al azar... con lo cual en vez de comenzar con 32 minotaurios reales, 41 unicornios, 70 grandes elfos. 82 archidruidas y 26 dragones negros.... comencé con 1 gargola. Y como "Carry over" ocurre en el antepenúltimo nivel, hubo que volver a pasar dos niveles para normalizar la situación. Pero todo esto es anecdótico en comparación con la cantidad de problemas que tuve jugando al Last of Us: Remastared. Algunos de estos problemas seguramente no sean bugs en sentido estricto, sino una pésima implementación de la narrativa (voy a decir algo más sobre eso después). Pero en al menos un caso, y oh mierda que caso, todos los enemigos de una sección respawnearon por error. ¿Qué sección? El último y más dificil corredor de infectados que hay en todo el juego. Corredor que, a su vez, había tardado horas (literales) en pasar usando "stealth" y todas las mecánicas del juego...solo para morir cuando aparecieron de nuevo todos los bichos y yo ya no tenía recursos. Lo único bueno que salió de esto es haber podido sublimar la bronca jugando a lo Rambo y descubriendo el que Flamethrower no era un arma tan mala después de todo. 


BOARDGAME DEL AÑO 
Candidatos: Istanbul, Arnak, Olvir, Tyrants of the Underdark

Ganador: Tyrants of the Underdark

  

Este año trajo muchas divisiones a nuestras tierras. Batallas por el alma y el destino de nuestros pueblos. Y pocas fueron tan importantes como la Guerra del Plan. Tal vez debido a esta (felizmente concluida) calamidad, los Nerdicons y Asociados vieron considerablemente reducida la cantidad de partidas de juegos de mesa de este año. Y, así y todo, me sorprende ver que hubo al menos cinco grandes candidatos (sin considerar reiteradas partidas del, aún no vencido, Ashardalon). El Istanbul seguramente sea el más elegante de todos estos juegos, y sin lugar a dudas es muy divertido y rejugable. Hay algo con los juegos de colocación de trabajdores que los hace simultáneamente frustrantes y adictivos en extremo, y creo que estuvo a un piolín semántico de llevarse el Cráneo Volador. El Arnak es otro juego con elementos de colocación de trabajadores... y de todo de lo demás. Es un verdadero omni-juego, mezcla de Waterdeep, Clank! y carrera del CONICET. Realmente me gustó mucho, aunque apenas si lo jugamos alguna vez, y dista de ser sencillo o corto, así que queda entre los que prometen reaparecer en futuros galardones. El Olvir, por otro lado, es un juego considerablemente más sencillo aunque con cierta profundidad estratégica. En un comienzo no nos había gustado mucho, pero de a poco siguió saliendo a la mesa y de darle y darle terminamos agarrándole bastante afecto (...incluso si aún debatimos cual el sentido de los guardias). Pero el juego que instantáneamente se volvió un nuevo clásico fue el Tyrants of the Underdark. Otro juego con problemas de personalidad, combinando elementos de control de territorios con un toque de deckbuilding y Magic: The Gathering, nadie entiende bien como jugarlo pero a todos nos voló la peluca. Las mecánicas se aprenden rápido, tiene bocha de variaciones, una semántica divertida y es uno que dan ganas de rejugarlo varias veces. Felicitaciones a la división de juegos de mesa de Wizards of the Coast por estar monopolizando los cráneos voladores a juegos de mesa. 



VIDEOJUEGO DEL AÑO
Candidatos: Warhammer Total War [PC], The Last of Us:Remastered [Ps4], Gauntlet: Slayer Edition [Ps4], Vermintide 2 [PC], Diablo 4 [PC], Quake: Enhanced [PC], Heroes of Might and Magic 2 [PC]

Ganador: ????

Y llegamos así al más importante de todos los cráneos voladores, el máximo honor al que puede aspirarse en la industria de los videojuegos (sino en la vida toda). En una tendencia que viene repitiéndose, este año no tuvo un claro ganador al Nuntius de Oro a videojuego del año. Por suerte, la situación fue más afin al 2021 que al 2022 ya que esto no se debió a una falta de merecedores, sino a un empate técnico entre tres candidatos: Warhammer: Total War, The Last of Us y (odio admitirlo) el Diablo IV. Pero antes de entrar ahí, repasemos primero los otros honorables candidatos.

 


Juegos como el Gauntlet o el Vermintide son regalos que siguen regalando. En ambos casos, la idea de aventurarse a calabozos de pesadilla y enfrentar hordas de monstruosidades innombrables junto a amigos (y Daveron) es algo que siempre viene bien. En los galardones anteriores ya se mencionaron varias de las peripecias que trajeron estos títulos. Más aún, sorprendieron por su longevidad y la rejugabilidad de sus diversos modos. El Gauntlet comenzó como nuestro "pseudo-diablo" anual con Daveron, pero rápidamente se hizo manifiesto que en este arcade no ibamos a poder usar el poder de la matemática para vencer con números cada vez más grandes...sino que ibamos a tener que aprender a jugar el juego. Lejos de ser algo molesto, esto hizo que los calabozos se hicieran mas apetecibles, y que la eventual derrota de Morak (junto a Alienzo) fuera aún más memorable. Algo a destacar fueron los múltiples momentos (como el ya mencionado boss de la doble araña gigante) en que pasabamos horas repitiendo "no hay progreso". Hasta que lo hubo. Una lección sobre el poder de la tozudez y la fraternidad. El Vermintide 2 también tuvo varios de eso momentos (como la ya mencionada Tower of Treachery), pero lo que lo sigue destacando de este juego cada vez que lo prendemos es la increíble representación estética del Viejo Mundo de Warhammer Fantasy.... y bueno, los saltos suicidas que puede hacer el matador enano. Para mi muy grata sorpresa, el Vermintide 2 parece haberse vuelto un juego estable de la rotación del Asteroide-N, por lo que no me sorprendería seguirlo viendo aparecer en futuros galardones.

 


Por otro lado, el Quake y el Heroes of Might and Magic 2 son (junto con el Silmarillion) cuentas pendientes desde mi infancia. Respecto al Quake, siempre fui más del palo del Doom, y cuando el Quake salió originalmente no recuerdo si mi Pentium 100 podía correrlo, o si quiera si lo teníamos. Sí recuerdo vividamente vencer a Chton (algo que en el momento me parecía un gran logro... tan niño e inocente era) y cagarme en las patas en la escena del nivel "Necrópolis" que cuya screenshot pongo acá. La idea de zombies que se volvieran a levantar después de matarlos era inaceptable para mi mente juvenil y me ponía tremendamente ansioso. La versión Enhanced que subieron hace poco a Steam es una verdadera joya y se suma a estas remakes que hacen que "el juego se vea como te acordás, no como se veía". También me parece memorable destacar que, sin ayudita ni nada, pude encontrar unos 100 de los 114 que (si conté bien) hay en el juego... algo que, también de niño, me encantaba buscar pero no siempre tenía éxito encontrando. La verdad que la estética, la ambientación bizarra y varias cositas raras e innovadoras (mapas con geometrías imposibles, seleccionar dificultades "en un nivel" (y con una dificutlad secreta!)) me sigue sorprendiendo y haciendo del Quake un juego digno de jugarse (...incluso si  carece de "bosses" reales). Por otro lado, el Heroes of Might and Magic 2 probablemente sea el HoMM que marcó mi infancia, en particular a partir de la demo que vino con una OK PC GAMER y que permitía jugar el mapa Broken Alliance con todas las facciones. Debo haber jugado ese mapa por decenas de horas, descubriendo sobre la marcha como se jugaba esta mezcla rarísima de RPG, juego de estrategia y construcción de reinos. Tanto habrá sido así que al día de hoy  pienso en los HoMM como juegos en "skirmish" y casi no toco las campañas. Pero eso cambió este año, cuando finalmente jugué y pasé la campaña "buena" del HoMM2. Noto ahora que tanto el set-up de esta campaña, como la del HoMM1, son eminentemente sencillas...y que eso me resulta agradable y digerible en tiempos de tanto ajetreo. Quedará para el año que viene probar las demás campañas, tal vez usando el mod fHeroes2. 

 

Entramos ahora a los merecedores del empate técnico. Para comenzar, el Warhammer: Total War fue una experiencia increíble, de lo mejorcito que he tenido en el mundo de los 4X. Pero también cabe destacar que fue una experiencia bastante atípica (y creo que esto sumó a su disfrute). Terminar la campaña enana tomó unas 70hs de juego que se dividieron en 6 meses de la vida real. Esto significa varias cosas. Por un lado, que la campaña se sintió como una verdadera campaña, con días especiales en los que ocurrían batallas memorables, mucha planificación entre sesiones y notitas varias para recordar tácticas y objetivos. En esa línea (y un poco como se habrá notado al hablar de Harald), buena parte de la campaña quedó registrada como en una especie de bitácora de guerra, con breves dramatizaciones (e ideas geniales para partidas de rol o wargames). Las mecánicas del juego realmente consiguen que uno se sienta como un general y un rey, frenando amenazas en diferentes frentes mientras busca formar alianzas y ganar batallas imposibles (como la aquí retratada "Colina de Sangre", en la que Thorgrim Grugdebearer utilizó el terreno con sabiduría para vencer a una horda orca que lo duplicaba en número, y así terminar de afianzar la conquista de los baldíos australes). Pero, por otro lado, todas esas anotaciones y distancia entre sesiones también se debían a que el juego puede ser un poco repetitivo y quema-coco. Que no se malinterprete, tranquilamente podría ganar el Nuntius de Oro de este año. Pero la falta de una narrativa clara o interesante (fuera de la que uno inventa o reconoce en el Viejo Mundo), sumando a que toda campaña parece tener un final totalmente anticlimático, y a la falta de otras facciones y partes del mundo de Warhammer, me hacen dudar que haga los méritos suficientes "como juego" para tan valorado premio. Algo parecido ocurre con el Diablo IV. Muy a pesar de cómo se lo demuele por YouTube, lo cierto es que matar bichitos es divertido, el juego es (al principio) bastante sencillo y la narrativa e historia están muy bien. Además, los gráficos (y, más importante, la dirección artística) es impresionante. Las primeras 100 horas de juego son realmente memorables, y me veo volviendo a jugar la campaña en algún momento con otro personaje "solo porque si". El problema con el juego es que...bueno, que es un live-service. Y como todo live-service (y, en especial, todo live-service de Activision-Blizzard) el juego puede cambiar de un momento a otro y hacer tu experiencia peor si eso aumenta las cifras de retención de jugadores. Y eso fue exactamente lo que ocurrió con el parche 1.1 del juego que probablemente le haya costado el Cráneo Volador, y hubiese hecho peligrar su mera candidatura si no lo hubieran arreglado parcialmente luego. Si a eso se suman cosas incomprensibles, como cosas que no hacen lo que dicen, "+0.4% de daño los jueves", lo que se siente como la menor variedad de enemigos de toda la franquicia y un modelo "open world" que pierde todo propósito en nivel 65, el juego termina empañando la excelente imagen con la que comienza. Así y todo, sigue siendo un buen "juego de confort", y ensuciar el shako de mi nigromante ya-nivel-100 matando bichitos y bosses siempre resulta relajante (sino divertido).


Esto deja a quien iba a ser el actual ganador, The Last of Us: Remastered. Con esto conseguiría el único galardón que importa le faltaba en el mundo del gaming, así como romper aquella regla del comité evaluador externo según la cual "¡el juego más buggeado del año no puede ser el mejor juego del año!". Se ha escrito infinito sobre este juego, y todo lo que dicen es cierto. La atmósfera, la historia, la psicología y desarrollo de los personajes, la narrativa* (enorme *), la estética (primer post-apocalipsis 'verde' desde el Día de los Trífidos). Joel y Ellie deben ser dos de los personajes mejor escritos en la historia de los videojuegos, y ciertamente me recuerdan a los personajes de Kirkman por todas las razones correctas. El desarrollo psicológico y emocional de ambos es paulatino y sutil, llegando a lugares completamente distintos de dónde comienzan de una forma totalmente creíble. Más aún, la escena final de este juego plantea una serie de dilemas e interpretaciones que van a ser discutidas por el resto de la historia. Es, sin duda, una obra maestra y Naughty Dog se merece su segundo Cráneo Volador consecutivo. Ahora bien, ¿por qué tanta duda, tanto empate técnico, y tanto * enorme? Porque lo que el juego no es es claro (o sincero) en cómo quiere que lo juegues. Constantemente el juego te dice, explícitamente, tanto en texto tutorial como en voz de sus protagonistas, que uses el sigilo, que no gastes recursos, que evadas combates, blah, blah, blah. VERSO. Si jugas como Joel y el texto tutorial te indica (un modo que es más rolero, sí, pero más metódico y lento que ver cuánto plomo le entra a todo lo que te cruzas) vas a toparte con múltiples escenas en las que el juego "recompensa" tu sigilo spawneando bichos encima tuyo y/o detectándote ad-hoc. Ejemplos de esto son la escena de los micros escolares y, crucialmente, la escena en la Joel le prohíbe a Ellie usar el rifle diciéndole que va a rematar en silencio a dos docenas de flacos. Si te tomás el enorme trabajo de hacer exactamente eso... bueno, mala suerte, porque van a spawnear de la nada más flacos, directo frente a tus ojos, hasta que te detecten y Ellie dispare. Entiendo que la idea es generar sensación de incertidumbre o avanzar la narrativa en cierta dirección, pero la bronca que me dieron estas cosas, combinada con el bug que le ganó el otro Cráneo Volador, me impiden darle el Nuntius de Oro sin cargo de consciencia. Es solo cuando consigo hacer caso omiso de esos elementos (i.e. imagino jugarlo sin tanto TOC) que puedo apreciar lo atrapante y memorable que son la historia, el gameplay y (por sobre todo) los personajes, que ameritan volver a jugarlo para disfrutar de esos elementos sin más. 

  


¿Así qué hacer? ¡¿Qué hacer?! Una versión original de este galardón iba a decantarse por The Last of Us, porque (omitiendo los elementos molestos) es claramente el "mejor juego"... pero eso es como decir que "es un juego excelente, excepto por todo lo malo que tiene".  Además, mientras más releo esto, más noto que el Warhammer: Total War fue el juego que más disfrute a nivel personal durante el año. Así que, a último momento y en el espíritu despótico que me caracteriza, voy a tomar una decisión ecuménica (¡que probablemente debería haber tomado también en el 2021!) y determinar que...

 Ganador: EMPATE - The Last of Us & Warhammer: Total War

 
[El Karaz-Ankor unificado celebra recibir un Nuntius de Oro, mientras Joel no puede creer tener que compartirlo] 

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Fiiiiu.... esas cosas definitivamente son más largas cada año. Prometo intentar hacer un resumen más escueto y al punto el año entrante, aunque también espero estar más activo y tener todavía más cosas que anotar para mi yo del futuro. Eso, un Videojuego del Año más claramente definido, y que los Balrgos vuelvan a las sombras donde pertenecen. 



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